La ingesta de alcohol adulterado (cuyo contenido principal es el metanol), entre los 100 y 200 mililitros como mínimo, es suficiente para provocar la muerte en una persona si es absorbido posterior entre 30 y 60 minutos.
El Doctor Eduardo López Villalobos, Coordinador de la Clínica Médica de Urgencias de la UPAEP, detalló que la práctica en la venta de bebidas adulteradas la realizan principalmente las comunidades rurales o periféricas de las grandes ciudades, las adquieren en tiendas plenamente identificadas, sitios donde ahí mismo preparan las bebidas sin el control de calidad mínimo y que se ponen a la venta a través de una botella de refresco o garrafón sin las medidas sanitarias controladas.
“El alcohol de caña como tal lo fermentan con la lumbre y el mecate, de ahí sacan la bebida. Otra de las formas para hacer este alcohol metílico (o de madera) el cual es más económico y fácil de procesar o el telinglicol, ambos son tóxicos y se utilizan para los aceites de los coches o productos de limpieza de las casas, el anticongelante de los coches”, dijo el doctor quien alertó que hoy en día quienes producen esta bebida mezclándolo con alcohol fermentado.
El problema radica, explicó, en que dichas bebidas no son metabolizantes con el organismo comenzando con el hígado, primer órgano que no logra controlar el metanol que puede provocar hepatitis aguda que puede derivar en una cirrosis secundaria la cual tiene una evolución rápida dañina en el cuerpo.