Las celdas no impiden que el niño Ángel reciba educación, valores y cariño. Su madre, la señora Maribel Ángeles, lleva la mitad de su vida recluida en el penal por el delito de secuestro y asociación delictuosa, situación que no le ha arrebatado la posibilidad de tener un hijo y de criarlo personalmente.
“Mi embarazo no fue planeado”, reconoce, sin embargo, inmediatamente aclara: “Pero ahorita estoy feliz con mi hijo”.
El de Ángel es uno de los 24 casos de bebés e infantes que viven y acompañan a sus progenitoras a pagar sus condenas en cuatro penales de la entidad, según información de la Secretaría de Seguridad Pública, correspondiente al mes de junio de este año.
Ella ingresó al penal a los 19 años, que es el mismo tiempo que ha pasado tras las rejas. En enero de 2017 nació su hijo, al que llamó Ángel.
Mientras lo carga entre sus brazos, Maribel afirma que su pequeño le ha cambiado la vida al permitirle reconocer que en el pasado tuvo algunos errores derivados de sus amistades y, además, al permitirle valorar a las personas, a la familia e incluso la comida.
“Ha cambiado todo en mi vida, porque yo llegué muy joven aquí, rebelde y muchas cosas, con malas amistades, malas compañías, pero aquí se aprende a valorar muchas cosas, tanto una visita, la familia, la comida, se valoran muchas cosas. Yo digo que el ser humano no cambia, modificamos nuestra forma de vivir y ahora con mi hijo, si ya tenía las ganas y la ilusión de salir, ahora mucho más y veo la vida totalmente diferente”, dijo.
Para Maribel, el que ambos estén en una cárcel no es impedimento para que ella lo eduque y le fomente valores, añadiendo que algunas áreas de las secretarías de Seguridad Pública y la de Educación Pública le imparten sesiones de estimulación temprana.
“Él va al brincolín, a la resbaladilla, va al área donde hay juguetes y juegos, hay una institución de proniñez, que incluso nos apoya cada mes con unas despensas de toallas, pañales y juguetes”, dijo para rechazar que el crecimiento de Ángel se vea limitado por el contexto en el que se encuentre.
HAY 24 MENORES VIVIENDO TRAS LAS REJAS
Según datos del mes de junio de la SSP, difundidos en la página de transparencia del gobierno estatal, hay 24 niños (que van de los 7 años a los nueve días de nacidos) que viven con sus madres en los penales.
De acuerdo con el documento, 16 casos son del penal de Puebla, cuatro de Huauchinango, 3 de Cholula y 1 de Tecamachalco. Las edades de las madres varían, siendo la más joven una de 22 años y la mayor de 53. La mayoría de los infantes son varones pues tan solo seis son del sexo femenino.
HASTA LOS 3 AÑOS PUEDAN MANTENERLOS EN EL PENAL
De acuerdo con el artículo 36 de la Ley Nacional de Ejecución Penal, las madres privadas de su libertad y con la custodia de sus hijos, podrán tenerlos hasta los 3 años de edad.
Heriberto Galindo Martínez, director del Cereso de San Miguel, confirmó que en el inmueble hay 16 menores viviendo con sus progenitoras (13 masculinos y 3 femeninos) y seis mujeres embarazadas actualmente.
Informó que, a través del Sistema Estatal DIF, se les ofrece un tratamiento integral a los niños y a las señoras, quienes son atendidas en el Hospital de la Mujer, perteneciente al gobierno estatal.
“La Ley nos faculta y nos obliga para darles un tratamiento integral tanto a las señoras como a los menores, a los hijos. El actual gobierno del estado nos ha instruido para que el trato a los niños sea integral, nos apoya el DIF estatal”, dijo.
Informó que hay un programa denominado Apego mediante el cual a las reclusas se les imparten pláticas por parte de psicólogas, a fin de evitar que descuiden o sobreprotejan a sus hijos por estar también recluidos.
Todos los menores que nazcan bajo estas circunstancias podrán tener, así como todos los niños de Puebla, un acta de nacimiento, un CURP y la atención médica necesaria por parte de pediatras.
“Existen dormitorios donde son ubicadas las mujeres que tienen a sus menores en prisión, entonces no tienen ninguna restricción por cuanto hace a su circulación, no tienen ninguna restricción en cuanto hace a las obligaciones y a los derechos que tienen, es una situación especial a que tengan a sus hijos en prisión pero ellas siguen siendo objeto de un tratamiento integral de reinserción social”, dijo.
Lo anterior explicado por parte del director del Cereso es lo que a diario vive y enfrenta al niño Ángel, quien está a poco más de un año de que no pueda permanecer con su madre en prisión, sin embargo, Maribel está buscando alguna posibilidad legal y está cumpliendo todos los requisitos educativos al interior del penal para que pueda salir de la cárcel conjuntamente con su hijo; de no ser así, estará con su hermana de 20 años de edad.
“Eso es lo que estoy checando ahorita jurídicamente, la intención es que salgamos juntos, estoy tratando que cubrir todos los requisitos. Afuera estudié pero se extraviaron mis papeles, entonces aquí estudié primaria, secundaria, ahorita estoy en la prepa, práctico deporte, participo en las pláticas, estoy cubriendo todos los requisitos para que no se me pongan trabas, a mí lo que más me encantaría es salir con mi hijo de aquí”, finalizó.