Con una vela encendida, vestidos de blanco, un rosario y biblia en mano 42 niños con diferentes discapacidades cumplieron su meta después de tres meses de arduo trabajo. Como parte de un proyecto pionero tuvieron la oportunidad de bautizarse, hacer la primera comunión y confirmación.
La parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en la colonia Volcanes fue la sede religiosa en la que los pequeños con sordera, síndrome de Down, síndrome de Asperger, autismo y otros padecimientos, recibieron la tarde de este sábado su primer sacramento.
El párroco del templo, Paulo Carvajal Ramos, fue el responsable de este proyecto. Contó que la iniciativa comenzó con unos cinco niños cuyos padres se reunieron para pedir la preparación de los pequeños con discapacidad, pero, la voz se corrió hasta que lograron reunirse 42 de ellos.
Vestidos de blanco y acompañados por sus padrinos y padres celebraron en la ceremonia un nuevo paso en su vida religiosa, donde el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, fue el encargado de oficiar la ceremonia.
Un periodo de tres meses, uno más de lo común, fue lo que se tardaron las catequistas en preparar a los pequeños, pues para enseñarles lo correspondiente tuvieron que adaptarse a las habilidades de los pequeños.
De tal modo de las tres catequistas encargadas de la preparación de los 42 niños echaron mano del ingenio, por lo que usaron dibujos, música, juegos y otro tipo de herramientas para que los pequeños pudieran aprender y llegar a este día.
Los padres y padrinos se expresaron especialmente emocionados pues en algún momento pensaron que no encontrarían el lugar en el que sus niños podrían prepararse por lo que afirmaron que es un logro tanto para los pequeños como para las familias.
La ceremonia inició alrededor de las 13:00 horas y tuvo una duración de una hora y media para llevar a cabo todos los ritos que merecen los tres sacramentos.
Además, al final todos los niños recibieron un regalo especial por parte de algunos feligreses quienes decidieron acompañarlos en la ceremonia para después ir a celebrar con sus familias.