"Da miedo quedarme sin comer", pega emergencia de Covid-19 a taxistas

Calles desoladas y 40 pesos en el bolsillo después de 5 horas de recorrido es lo que llevaba Pedro Cruz luego de cinco horas

Karen Meza | El Sol de Puebla

  · jueves 9 de abril de 2020

Foto> Sandro Franco | El Sol de Puebla

Han pasado cinco horas y Pedro Cruz lo único que ha visto son calles desoladas y 40 pesos en su bolsillo del único viaje del servicio taxista que ha logrado. Sus ingresos han caído un 80 por ciento y tiene miedo que cada día sea peor.

Desde hace 30 años que ha sido conductor no había vivido una crisis así, con ganancias que solo le dan para comer a su familia y él.

Mientras espera un pasajero, el señor de 55 años, busca escapar de la realidad con la ficción y lee su viejo libro “El abogado del Diablo” de Morris West.

Pedro interrumpe la historia del fiscal religioso para describir a El Sol de Puebla su angustia por los bajos ingresos que bajaron por la reducción de la actividad económica y social, por la contingencia sanitaria del coronavirus.

Nos han pegado bastante fuerte. Llegamos a tener de tres a cuatros servicios en todo el día. Económicamente estamos muy mal, tenemos gastos en la casa y hay quienes deben de su carro. Tenemos que salir porque vamos al día, con que tengamos 150 0 120 pesos, aunque sea para comer algo, estamos del otro lado Refiere el taxista

La fila de taxis se redujo a dos, pero no por la carga de trabajo, sino que entre los conductores se han organizado para que todos tengan ingresos: un día trabajan unos y al otro día los restantes.

“En la central ya nos bajaron el 50 por ciento la cuota semanal del radio, por esa parte está bien, porque conocen la situación económica. No hay movimiento de estudiantes, de trabajadores, estamos con un 10 por ciento de los clientes”, comentó.

Pedro añora los días en que sus ingresos superaban por día 500 pesos y que su carro no paraba ni para descansar.

Ahora, recorre sus recorridos con temor y muchas precauciones. Nos enseña el gel antibacterial y la solución que tiene para limpiar las puertas, el espejo y las ventanas, además de asientos, después de realizar algún recorrido.

“Si nos da miedo, pero más miedo quedarme sin comer. Sin tener nada que llevarle a mi familia, tengo una hija que aún depende de mí y mi esposa. Soy el hombre de la familia”, comentó.

Pedro decide interrumpir el diálogo. Suena su celular con una llamada de su hija diciéndole que se siente mal y que la lleve con un doctor.

“No puedo dejar de salir, vivimos al día, ¿Qué pasa si llego y me dice mi hija que hay de comer? O ¿Quiero estas medicinas para el doctor?”, dijo.

El taxista de Puebla dijo que, si teme del coronavirus, pero que los transportistas son fuertes y combaten todos los problemas: la delincuencia, accidentes y las enfermedades.

“Si regresamos a casa es porque Diosito nos cuidó y si no fue porque no nos cuidó. Los que nos dedicamos al transporte público decimos: Cuando me va a tocar, me va a tocar, incluso con eso del coronavirus”, concluye.

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