“No entrar con tacos, no meter mascotas, respetar los horarios indicados de entrenamientos, los horarios de cascaritas. No tirar basura porque la cancha es de todos”. Así de claro es el reglamento que recibe a los usuarios la cancha de la 67 Oriente de la Unidad Habitacional La Margarita; pero tal parece los vecinos no lo leyeron o ni siquiera lo vieron porque el lugar está prácticamente arrasado.
Los habitantes, por lo tanto, solicitan a las autoridades “la manita de gato” de este espacio y de otros en La Margarita, pues hoy lejos de ser un área de esparcimiento y recreación para la juventud se ha convertido en refugio de “malvivientes” o de “pasados de lanza que se llevan lo que queda de la cancha de pasto sintético a su casa para utilizarla de alfombra o de tapete para el perro”, como contó un paseante del lugar a El Sol de Puebla.
Cabe destacar, y para una mayor precisión, la cancha de pasto sintético para la práctica del futbol sala está enfrente del edificio 642 del INFONAVIT La Margarita Por lo tanto, los entre 200 o 400 mil pesos invertidos en dicho inmueble han sido bien devengados por la población al proclamar como suyo la superficie del “campo”, que hasta antes de la llegada del pasto sintético siempre fue un área decente con todo y cuando apenas lucía superficie de cemento, buena para que los niños estrenaran los patines o las bicicletas durante cada Día de Reyes. Al menos, así sucedió u ocurrió en los primeros 30 años ahí.
Hoy la realidad es otra, pues además de los claros sobre el terreno de juego; la malla ciclónica para delimitar el campo o para mantener la pelota dentro del mismo está prácticamente desoldada por los balonazos o rota por los vándalos, pues “antes se le colocaba un candado a la cancha para mantener el orden en cuanto al uso; pero a alguien no le gustó y comenzó a romper la cerca para meterse a jugar a cualquier hora y ahí está el resultado”, compartió Jorge Gutiérrez, vecino del lugar.
Además de las afectaciones en la superficie y en los accesos, o lo que queda de ellos, las paredes de la cancha de futbol rápido están decoradas hoy con grafitis como para hacer más rupestre el espacio.
“La cancha apareció con la Unidad Habitacional; es decir, ya tiene tres décadas o más. Aunque ‘el empastado’ apenas presumía seis o tres años y eso nos dice que la gente no respeta, pues entraba, y sigue entrando, con sus mascotas”, explicó Jorge.
“Pero ojalá que la arreglen porque la verdad era un lugar donde los niños venían a divertirse y a jugar, era un lugar que te transmitía vida porque había torneos y familias disfrutando. Ya se les ha solicitado a las autoridades que nos echen la mano, pero nada; mejor los candidatos en campaña, igual porque están en campaña, dicen que nos harán caso.
Pero la verdad es que desde que (la cancha) se comenzó a poner así, la gente ha dejado de venir y ha dado paso a otras cosas”, remató.