Hace 50 años una matemática afroamericana, Katherine Johnson, ayudó con sus cálculos a orbitar alrededor de la tierra al piloto estadounidense John Glenn y más tarde contribuyó con sus números a la conquista de la Luna. Cinco décadas después, una hispana oriunda de Tecamachalco, Puebla llamada Margaret Zoila Domínguez Rodríguez trabaja en la NASA para brindar respuestas más claras sobre cómo se expande el universo.
La licenciada en Física por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y dueña de un posgrado por la Universidad de Arizona trabaja hoy a marchas forzadas en la elaboración de un telescopio, en el Centro de Aviación Espacial Goddard (GSFC por sus siglas en inglés), que viajará por las estrellas y dará información más precisa sobre cómo influye la energía y la masa obscura en el crecimiento constante del cosmos.
Cabe destacar, dicho aparato debía de estar listo para el 2022. Pero la construcción de los lentes de tal máquina, los cuales captarán imágenes capaces de interpretar elementos químicos, llevará más de lo previsto y en teoría deberá de estar para el 2025.
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Para muchos la participación de una mujer proveniente de un municipio de no más de 77 mil habitantes sorprendería en todo esto, pero Margaret achaca su contribución al proyecto a su capacitación técnica, producto del deseo por estudiar física a pesar de las burlas cuando adolescente por decantarse por una carrera no tan bien vista o valorada entre los jóvenes, pero para la cual siempre presumió aptitudes.
“Todo mundo me decía que de qué iba a vivir, que me iba a morir de hambre, que iba a terminar dando clases en la prepa. Pero mis padres siempre me apoyaron y creyeron en lo que yo quería; además a mí se me facilitaron siempre las matemáticas y tenía claro que a esto debía de dedicarme”, explica en exclusiva a El Sol de Puebla a través de la aplicación Zoom desde Maryland, sede de operaciones del observatorio Goddard.
“Si estoy aquí es porque estoy preparada para esto, porque creo en mí, en mis posibilidades y también reconozco mis limitaciones. Es decir, las barreras las imponemos nosotros y justo cuando eso pasa, en muchas ocasiones nos decimos, ‘no pertenezco a esto’, cuando en realidad debería de ser o suceder todo lo contrario”, agrega.
Por lo tanto, para la científica mexicana el género no es tema; aunque reconoce esta barrera también existe en una nación de primer mundo como lo es la Unión Americana. Sin embargo, apela a un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones para terminar de una vez por todas con comentarios como, “¿de verdad con todo ese maquillaje eres capaz de hacer un comentario o análisis de algo como esto…?”.
“Aquí (Estados Unidos) también sucede y es así porque todos en la sociedad nos formamos estereotipos. Alguna vez escuché de alguien un comentario sobre si podría hacer un análisis con todo este maquillaje, pero al final yo tenía claro que no debía de creerme aquello o tomármelo personal y sí demostrar más mis capacidades”, puntualiza la egresada de la UDLAP.
“Al final lo del género existe, pero como te decía: si yo estoy acá, es porque presumo la capacidad técnica. Pero ojalá las nuevas generaciones nos ayuden a cambiar todo esto y eso sucederá aceptando que tenemos un problema para después trabajarlo y cambiarlo”, reitera.
Margaret ha cogido hoy el testigo de otras mujeres hispanas y mexicanas dentro de la NASA como la ingeniera aeroespacial graduada de Texas A&M, Dorothy Ruiz Martínez, operadora de vuelo; Ali Guarneros Luna, ingeniera aeroespacial, una de las pocas científicas hispanas laborando de forma permanentemente en el Centro de Investigación Ames de la NASA; y Carmen Victoria Félix Chaidez, Ingeniera en Electrónica y Comunicaciones, impulsora de la misión de la conquista de Marte proyectada para 2030.
“La clave para tener éxito en cualquier tarea en la vida es siempre ser curiosos, explorar cosas nuevas, insistir a pesar de equivocarse. Ser capaces de buscar recursos de todo tipo y sobre todo ser también pacientes”, comparte.
MÁS ALLÁ DE LAS ESTRELLAS
Para cualquier otro el tocar de forma literal las estrellas representaría alcanzar lo máximo en su carrera, pero Margaret aún presume otra asignación pendiente: lograr con sus investigaciones y contribuciones inspirar “a más niñas hispanas” para reclutarlas para la NASA en un futuro cercano.
“El número de mujeres en ciencia y tecnología va en aumento, hoy hay más diversidad al respecto. Por eso quiero reclutar a más niñas hispanas, decirles. ‘si a ti te interesa esto, tú también puedes hacerlo y seguro en 20 años estarás aquí conmigo divulgando o haciendo contribución científica”, asegura.
Un buen empezar para esto es el despertar el espíritu de criticidad, el cual a su entender se ha visto amenazado el último año por la pandemia, pues “los chicos creen que todo está en Internet, cuando hay más fuentes de búsqueda para obtener las respuestas a nuestros cuestionamientos”, remata la especialista en sistemas ópticos de la NASA.
EL APUNTE
El Centro de vuelo espacial Goddard (CVEG) o Goddard Space Flight Center (GSFC) es un laboratorio de investigación de la NASA con la mayor organización de científicos e ingenieros dedicados a expandir el conocimiento de la Tierra, el sistema solar, y el universo vía observaciones desde el espacio exterior