Alumnos y madres de familia del Bachillerato Oficial Hermanos Serdán, salieron en defensa de la maestra Alma Edith Contreras Padilla, quien fue cesada de su cargo en la dirección de la escuela, por agredir a una reportera poblana.
Durante un sondeo, los entrevistados confirmaron que la directora tenía por lo menos a uno de sus hijos laborando en la institución, aunque señalaron que eso no ha influido en su trabajo, sino que al contrario, la maestra siempre mostró amabilidad a la comunidad estudiantil.
Los entrevistados señalaron que la directora no había dado muestras de un comportamiento reprobable frente a los alumnos o a los padres de familia, por lo que consideraron que la Secreta-ría de Educación Pública (SEP) debe hacer una investigación a fondo, de los hechos ocurridos el pasado 22 de febrero, por la mañana.
Quienes se negaron a omitir sus datos personales, comentaron que Contreras Padilla destacaba de entre los exdirectores, debido a que efectuaba actividades recreativas con los alumnos, como entrar a concursos e impulsarlos en diversas disciplinas.
Ante tan situación, dijeron que les causó sorpresa el hecho de que la exdirectora hubiese agredido a una reportera (como se aprecia en un video que circuló en redes sociales), toda vez que no había antecedentes de violencia.
Lo que sí señalaron los testimonios fue que uno de los hijos de la directora, ha trabajado allí por varios años, e incluso es uno de quienes aparecen forcejeando con los trabajadores de los me-dios de comunicación, en el video que se encuentra en Internet.
Este medio, preguntó a la SEP acerca de lo que procedería con el (o los) hijo (s) de la exdirectora, después de que a ella la separaron del cargo por la agresión a una reportera, aunque la dependencia no respondió.
Tampoco dio el dato de cuántos son los espacios que se tienen en dicho bachillerato con alta demanda.
No obstante, los alumnos y madres de familia confirmaron que es una escuela que cada año ha estado saturada para las preinscripciones, al grado de tener formados a cientos de tutores en la madrugada, pese a los riesgos de la inseguridad y de contraer alguna infección respiratoria.
