Los millennials, como se conoce a aquellos jóvenes de entre 18 y 32 años, podrían definir quién será el próximo presidente de México, advirtió el consultor de comunicación política José Adolfo Ibinarriaga.
En el país existen más de 30 millones de personas de entre 18 y 32 años, la generación del Milenio, estimó Ibinarriaga al impartir en el Tecnológico de Monterrey Puebla la conferencia Millennials en México. “Son 34 millones de jóvenes, son 14 millones de primovotantes, es un segmento que puede definir una elección que en algunos escenarios se podría ver muy reñida y un segmento tan grande de electores podría realmente definir una elección”, profundizó después en entrevista.
Los aspirantes a la presidencia de México parecen, al menos de momento, ajenos a este segmento de la población. Y aunque mujeres y jóvenes son el principal target de las campañas, todavía no se han escuchado propuestas concretas, señaló. “Los candidatos tendrían que decir cómo les van a ayudar a cumplir los sueños que tuvieron sus padres y que sí realizaron, y que ellos hoy ven por la exclusión, por la realidad del país, difícil de concretar”, llamó.
Casarse, adquirir un departamento, estrenar un carro y tener hijos son, señaló Ibinarriaga, aspiraciones que, contra la creencia popular, comparten la mayoría de los millennials. La exclusión de esta generación de una sociedad que se mueve muchas veces por prejuicios raciales y económicos ha provocado la creación de una narrativa basada en la “dignidad”, argumentó. Como no pueden comprar un coche, los millennials alegan, ejemplificó, que están preocupados por el medio ambiente.
Los candidatos a la presidencia de México deben, insistió Ibinarriaga, voltear a ver a los millennials. “Cuando uno ve a alguien, lo incluye; cuando uno voltea a ver al otro, el otro existe, y los jóvenes mexicanos -me parece- necesitan a alguien que pose sus ojos sobre ellos”, exhortó.
Esta mirada debe proceder no sólo de las redes sociales, sino también de la televisión, el principal medio utilizado para informarse por esta generación. “Yo pienso que las redes se vuelven muy importantes para crear opinión, no necesariamente para movilizar electores. Pienso todavía que Twitter es una arena propia de políticos, periodistas; lo que llaman el círculo rojo, en donde la mayor parte de la gente no nos encontramos ni nos interesa estar”, explicó.