En Puebla existe un déficit de policías municipales, reconoció el secretario de Seguridad Ciudadana, Fernando Rosales Solís, al presentar la estrategia que se implementará para atender la inseguridad. Contempla llevar a cabo coordinación interinstitucional, aumentar el salario de los uniformados y atender principalmente algunos delitos como robo de vehículo y robo de autopartes.

➡️ Únete al canal de El Sol de Puebla en WhatsApp para no perderte la información más importante

Al asistir a la Comisión de Seguridad y Justicia, el funcionario municipal, recordó que, 400 elementos que están en oficina saldrán a trabajar a las calles de Puebla capital, porque hay un déficit de elementos.

Los principales robos que buscarán disminuir son los siguientes: robo de vehículo, robo de autopartes, a casa habitación, robo a negocio, a transeúnte y a transporte de público.

De igual forma, se enfocarán en tener coordinación interinstitucional, con el fin de aprovechar que los tres órdenes de gobierno son emanados del mismo color, lo que facilitará el trabajo conjunto. Con ello, se busca que disminuir las cifras de homicidios, la extorsión y el secuestro.

Tal como lo adelantó el alcalde de Puebla, José Chedraui Budib, se incrementará el sueldo de los policías municipales hasta 17 mil pesos.

Otro de los puntos de la estrategia es unificar las funciones al interior de la policía municipal, con el fin de que cualquier elemento de acompañamiento al ciudadano, no se rehúse a actuar al argumentar que está en un área o polígono que no le asignan.

Afirmó que uno de los planteamientos del presidente municipal José Chedraui Budib es que la ciudadanía identifique a un policía de la ciudad al que pueda recurrir, así sea en una junta auxiliar.

También mencionó que es necesario que todos estén capacitados en materia de género, pues tendría que ser parte de su formación inicial.

En ese tenor, Fernando Rosales Solís remarcó que la ciudadanía tiene una mala imagen de los oficiales y desconocen las condiciones adversas en las que trabajan.

Sus jornadas laborales son en la calle, no tienen acceso a baños, comedores y en ocasiones, trabajan más de 24 horas continuas.