Seis meses después de su desaparición, Mara Castilla sigue muy presente entre sus compañeros de la UPAEP. Indignación, coraje y tristeza envuelven el recuerdo de la joven universitaria, cuyo homicidio no se ha resuelto todavía.
Diana, presidenta de la mesa directiva de Ciencias Políticas de la UPAEP, desliza rápidamente sus dedos sobre su celular hasta encontrar la imagen. “Se la tomé justo hace un año”, afirma. En la pantalla aparece una figura femenina –de rodillas a barbilla-, de pelo largo, chamarra de piel, jeans sosteniendo una pancarta: “Como mujer también merezco ¡RESPETO!”.
Es Mara Castilla, la joven de 19 años que desapareció seis meses atrás cuando abordó un vehículo Cabify tras asistir a la fiesta de inauguración de curso en un antro de Cholula. Su cuerpo fue encontrado días después Santa María Xonacatepec. A pesar de que el conductor de la unidad, Ricardo Alexis N., fue vinculado a proceso por el delito de feminicidio, la Fiscalía General del Estado de Puebla aún no integra las pruebas necesarias para someterlo a juicio.
“Una institución como es la fiscalía que es la encargada de repartir justicia tenga este actuar es lo que no podemos creer, es lo que reclamamos. Yo creo que –sentimos- realmente es mucha indignación, enojo y coraje de las instituciones que tenemos en nuestro país”, lamenta Diana. “Si este caso que es tan mediático está así, no me imagino el de las demás chicas”.
Para sus compañeros no hay ninguna duda que fue Ricardo Alexis N. quien privó la vida de la estudiante de Ciencias Políticas en el trayecto a la vivienda que compartía con su hermana mayor. “Estamos seguros”, sentencia Esban, quien acudió ese día a la fiesta. Ni fue el novio, ni mafias ni nadie a quien conoció esa noche en el antro. “Realmente las versiones que han circulado quieren restar presión a quien quiere que le resten presión. Eso lo tenemos muy claro y no nos hacemos tontos”, rechaza Diana. “Como politólogos, tenemos la ventaja de saber cómo se mueven los poderes aquí”.
Fue Diana, también, quien tomó a Mara su primera fotografía oficial como politóloga. La joven, originaria de Veracruz, aparece sonriente, con los brazos cruzados y el cabello cayéndole por los hombros. “Se veía el símbolo de Upaep, a todos se las tomé igual”, recuerda sobre la imagen que serviría para ilustrar los integrantes de la mesa directiva de Ciencias Políticas.
”QUEREMOS QUE SE HAGA JUSTICIA”.
El rector de la UPAEP, Emilio José Baños Ardavín, compartió ayer esa fotografía de nuevo en la red social Twitter con una leyenda: “#DiaDeLaMujer, a seis meses de la partida de #MaraCastilla. Nos duele su ausencia y la de tantas mujeres que deberían estar aquí. Ojalá estemos a la altura como generación para construir una sociedad que respete y valore su dignidad. El primer paso, que se haga justicia!”.
El tuit fue difundido hasta las 21:00 horas de ayer 233 veces, un gesto que recordó a la gran movilización virtual que siguió a la desaparición de la joven. #BuscamosaMara, #CabifyRegresaAMara o #MaraCastilla se replicaron miles de veces en México y en otros países como Argentina, Chile y España. Los alumnos de la licenciatura de Ciencias Políticas se unieron para tuitear cada día cientos de veces la imagen de la joven con mensajes en los que mencionaban a figuras públicas, periodistas, cantantes, actores. “Podemos volver a incendiar las redes sociales si queremos. Me escriben para decirme ¿qué está pasando? ¿Quieren que volvamos a salir a tomar el zócalo?”, advierte Diana.
Margarita, ‘Maggie’ como la conocía Mara, no parece sorprendida con la lentitud en la que parece desenvolverse el caso. Ella acompañó a la familia de la joven en el burocrático proceso de interponer una denuncia, apenas unas horas después de haber bailado juntas. “A las 8 de la noche de ese día me mandó la foto de lo que iba a llevar puesto”, sonríe. “Nos la pasamos muy bien ese día, yo recuerdo perfectamente muchísimo cómo bailaba yo con ella, cómo me miraba”.
Seis meses después de la desaparición, la Fiscalía General del Estado de Puebla todavía no ha resuelto el caso, a pesar de la difusión en redes sociales, las noticias de medios internacionales y la multitudinaria marcha blanca que unió a los universitarios de todo el estado.
“Nos ayudaron en todo momento con la difusión, para organizar la marcha, también con la comunicación con otros rectores y demás. Hubo mucha empatía con Mara y yo creo que eso fue algo que nos quedó muy grabado, la unión de todos los jóvenes universitarios en Puebla”, agradece Esban. ”Queremos que se haga justicia”.
“ROMPIÓ LA BURBUJA EN LA QUE ESTÁBAMOS”
Una “niña súper tranquila, muy delicada, muy agradable, estudiosa, súper natural”, así era Mara, como la conocían sus compañeros de la licenciatura en Ciencias Políticas de la UPAEP. “Era una niña normal, como ella, como tú, como yo”, explica Esban. “Desde el primer momento se destacó como buena estudiante, nunca hubo un deterioro de su nivel académico”.
Su desaparición, añade Diana, destrozó la ingenuidad de sus amigos, que, como ella, solían salir a veces a divertirse los fines de semana. “Antes veíamos noticias en los periódicos de chicas desaparecidas, de mujeres que habían sido asesinadas y las pasábamos de largo; era como ‘nunca me va a pasar a mí’”, relata. “No creíamos que nos fuera a penetrar a nosotros. Todos pensábamos ‘ay, vamos al antro y nada nos pasa´ porque regresamos en Uber o Cabify. Rompió esa burbuja en la que estábamos”.
Su homicidio enseñó a los jóvenes, asume Margarita, la necesidad de protegerse. “Mara llegó a lo alto”, asegura. “Fue una manera muy cruel y muy difícil para nosotros, pero yo creo que donde quiera que esté, está descansando y, a lo mejor, más feliz que acá. Ella es un ejemplo y a nosotros nos enseñó a cuidarnos. Prometimos que no íbamos a ser tan inocentes, no es que nunca volviéramos a salir, pero hay que tener cuidado”.