De acuerdo con especialistas, muchas personas cuando llegan a la vejez entran en una etapa de temor al considerar que está concluyendo su vida, y si carecen de atención, así como apoyo familiar pueden entrar en depresión. Por tal motivo, sugieren a las autoridades, crear políticas públicas enfocadas en ellos, tanto en su salud emocional, como en los familiares para que sepan cómo actuar ante los cambios físicos y emocionales que tendrá una persona después de los 60 años.
El Sol de Puebla lanzó un material enfocado en adultos mayores, en donde se dio a conocer que muchos consideran esta etapa de la vida como descanso, pero no todos tienen la misma suerte y deben de seguir trabajando para mantenerse. Hay casos en donde sus familiares los cuidan personalmente o los envían a residencias especializadas en su atención, pero lamentablemente otros son olvidados.
En seguimiento al tema, este medio entrevistó a la psicóloga Erika Suleim Espinoza Morales, quien considera que muchos adultos mayores entran en depresión debido a sus cambios físicos, pero también al olvido de sus familiares, por lo que considera que las autoridades deben de trabajar en la prevención, así como en otros temas, para que los familiares sepan como tratar a sus seres queridos y las opciones que tienen para no abandonarlos.
Explicó que el abandono en la vejez, se entiende como la de carencia de atención y cuidados a las personas de la tercera edad, estos cuidados también abarcan las necesidades básicas del adulto mayor como alimento, servicios de salud, vivienda, vestido y las actividades de distracción.
“Algunos de ellos están en un punto de descanso en su vida, pero si no está bien dirigido o empleado puede llevarlo a un estado de desinterés por la vida, aburrimiento, nostalgia, invalidez, y sentirse incapaces. Emocionalmente el adulto mayor entra en una etapa de temor al considerar que está etapa marca el fin del ciclo de la vida, es por eso que al carecer de la atención y apoyo familiar pueden entrar en periodos de tristeza y depresión, viendo estás emociones directamente reflejadas en su estado de salud físico y mental”, compartió.
En su opinión, es vital que el adulto mayor cuente con una red de apoyo familiar y social para que pueda tener una calidad de vida durante este periodo, sin embargo, también cree que las desigualdades sociales y económicas no permiten que todas las personas en etapa de vejez gocen estos años en plenitud.
Si sus hijos o nietos no tienen dinero, tratarán de enviarlo al familiar que más recursos tenga, eso creará conflictos en el núcleo y generará en el adulto mayor un sentimiento de carga, pero si nadie se quiere hacer cargo de él o no tienen recursos suficientes, optarán por abandonarlos.
Por ello, la especialista cree que las autoridades deben de crear políticas públicas específicas para los mayores de 60 años, en las que se abarque su cuidado, su comida, su salud mental y si tienen familia, a ellos que les expliquen todos los cambios que conlleva la senectud como: los trastornos tiroideos, mal de Parkinson, enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares y demencia como el mal de Alzheimer.
Para Emmanuel Aguilar Sánchez, enfermero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que ha trabajado con adultos mayores, es muy frecuente ver como las personas de la tercera edad son olvidados por sus familiares, por ello, cuando llegan al hospital en vez de deprimirse, se sienten mejor, pues después de muchos años son el centro de atención de sus familias y gracias a los médicos, así como enfermeros, reciben la atención que no tenían en la soledad de sus hogares.
Compartió que como enfermero tomó un curso de verano dedicado a personas de la tercera edad y ahí se dio cuenta que todas las personas deberían de tener información acerca de los cambios que se avecinan luego de cumplir 60 años, pues si no la tienen, los mismos familiares se desesperan, juzgan a los abuelos y toman decisiones equivocadas para su futuro.
Desde su óptica, se debería de a ver una campaña de concientización y recordarles a los familiares que los “viejos” entrarán en periodos de tristeza, miedo, estrés, desesperanza y comenzarán con dolores crónicos en varias partes del cuerpo.
“Yo lo que les puedo sugerir es paciencia, ya que muchos de sus familiares se sienten impotentes al ver que ya son más lentos, que olvidan las cosas, que se vuelven necios, pero son como bebés, que van a ir aprendiendo de nueva cuenta. Hay que cuidarlos mucho, amarlos y recordar que cuando ellos pudieron, dieron todo para vernos bien, entonces no estaría de más tomar cursos y prevenirse”, agregó.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para el segundo trimestre de 2022 se estimó que en México residían 17 millones 958 mil 707 personas de 60 años y más, lo anterior representó el 14 por ciento de la población total del país. Puntualmente en Puebla, el INEGI reveló que el 2020 (el último reporte) cerró con 745 mil 419 adultos mayores, principalmente en el rango de 60 a 70 años de edad.