La sociedad mexicana debe presionar y vigilar a los funcionarios públicos para acabar con la corrupción, llamó el académico Ernesto Villanueva.
Los mexicanos, especialmente los más jóvenes, deben perseguir la creación de observatorios ciudadanos desde los que se supervise la labor de los servidores públicos. “Tenemos que generar una presión ciudadana, crear observatorios que se vayan visibilizando, ir observando al funcionario, ponerlo en la vitrina e ir señalándolo”, exhortó el investigador de la UNAM en entrevista, tras impartir ayer la conferencia Corrupción e Impunidad en el Tec de Monterrey Puebla.
Esta tarea no resultará, advirtió, fácil por el propio carácter de la mayoría de los mexicanos, acostumbrados a no enfrentar directamente los conflictos. “Tenemos unas pautas conductuales históricas, el mexicano tiene como valores la corrupción, es decir, la parte de comportarme de una manera indirecta contigo pero sin confrontarte directamente”, afirmó. “El mexicano es taimado”.
Con este carácter, las consecuencias de exhibir públicamente la corrupción impactarían, señaló, al prestigio de muchos malos funcionarios públicos. “En una sociedad tan relativamente pequeña, aunque es grande, como Puebla, no es fácil que en tu escuela le digan a tu hijo ‘¡ah! Tú eres el hijo del corrupto’”, ejemplificó el profesor titular del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
“COMPROMISO POLÍTICO” DIFICULTA LUCHA CONTRA CORRUPCIÓN
La falta de independencia de instancias como la Fiscalía Anticorrupción dificulta aún más la lucha contra las malas prácticas de los servidores públicos.
“Hay una predisposición y hay un compromiso político que comportamentalmente impide aplicar la ley en los términos que debe ser”, expuso. “Son nombrados bajo un compromiso político y obviamente todo aquello que afecte o esté en la frontera de afectar ese compromiso para el cual fue designado en los hechos, evidentemente se da la vuelta y se busca no hacerlo”.
El “99.9 por ciento” de los mexicanos permanece, apuntó, ahora impasible ante la corrupción, un fenómeno que puede cambiar con la participación activa de la sociedad.