El ejercicio de la paternidad sigue estando falto de derechos en nuestro país, ya que la Ley Federal del Trabajo continúa beneficiando en mayor medida a las mujeres con permisos y servicios para el ejercicio de la maternidad, con lo que, injustamente, se asume que ellas son las mayormente responsables del cuidado de los hijos.
En el marco del Día del Padre, celebrado este 19 de junio, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) apuntó que es necesario eliminar las brechas de desigualdad en las condiciones laborales de hombres y mujeres, ya que de esa forma se motivarían cambios en las dinámicas familiares y en la calidad de vida de sus hijos.
Lo anterior porque de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) cuando los padres se involucran en de forma efectiva en los primeros meses de vida de los niños, ayudan a que ellos tengan un mejor desarrollo cognitivo y a que sus parejas tengan menos carga de trabajo no remunerado y riesgos de sufrir depresión post parto.
En tanto que Perla Xóchitl Gómez Pulido, especialista en derecho público de la Universidad Iberoamericana, destacó que la equidad de condiciones para el cuidado de los hijos avanza a pasos lentos en el país, debido a la prevalencia de aspectos culturales que mantienen a las mujeres como las responsables de las labores de cuidados.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 21.2 millones de hombres mayores de 15 años que reportaron ser padres de al menos una hija o hijo, cifra que representa el 47 por ciento del total de población masculina con esa edad.
La edad promedio de los padres de familia es de 45 años y la mayoría de ellos, un 56 por ciento, refirió que sólo contaba con educación de nivel básico, mientras que en materia de ocupación económica un 71 por ciento de los hombres activos reportaron que eran trabajadores asalariados y un 22 por ciento dijeron trabajar por su cuenta.
PADRES SOLTEROS, LOS QUE MÁS BATALLAN
Luis Alberto y Mario son papás solteros y han vivido en carne propia las dificultades para ejercer el rol de padre y madre a la vez, ya que a diferencia de las mamás solteras no cuentan con las mismas redes de apoyo y beneficios laborales para dedicar más tiempo a la convivencia y cuidado de sus hijas.
Luis García comenzó a ser padre soltero de un día para otro, luego de que su ex pareja decidiera comenzar una nueva relación sentimental y dejó de hacerse cargo del cuidado de su hija Dannae, que para ese momento tenía sólo siete años.
El primer obstáculo al que se enfrentó fue no tener quien la cuidara mientras él acudía a trabajar, pero encontró apoyo en sus abuelos, quienes decidieron mudarse a vivir con ellos para ayudarlo en el cuidado de Dannae, no obstante eso no ha resuelto del todo el problema.
Explicó que, a diferencia de sus compañeras de trabajo, él difícilmente puede obtener permisos para ir a una junta de padres de familia o un festival y siempre “anda a las carreras” para llevar o recoger de la escuela a su hija, según el rol de turno que le toque cubrir en la empresa donde labora.
“Para que yo tenga un permiso debo pedirlo 15 o 20 días antes y de repente en la escuela avisan de un día para otro que hay junta o alguna actividad, entonces para mí es prácticamente imposible ir, tengo que recurrir a ver quien me hace favor de cambiar turno o buscar quien vaya con mi hija”, contó.
Luis dijo que aunque sus empleadores conocen su condición de padre soltero, siempre le argumentan que no tiene derecho a determinados permisos o beneficios que se otorgan a quienes son madres de familia.
“El 10 de mayo pedí permiso para ir al festival de mi hija, porque para ella era importante, se iba a sentir sola porque su mamá no iba a acudir y en el trabajo me dijeron que no, que el día se les daba a las mamás y yo no era madre, tuve que llegar corriendo después del trabajo a su escuela y ahora que viene el Día del Padre, desafortunadamente no existe el beneficio de que nos dejen descansar”, dijo.
El hombre de 32 años señaló que las leyes deberían ser más equitativas para hombres y mujeres, sin embargo, atribuyó las desigualdades al hecho de que los hombres difícilmente acceden a pedir ayuda o a reconocer que la necesitan.
“Yo creo que es algo que nosotros mismos provocamos, porque tengo amigos que también son papás solteros y creo que siempre estamos buscando resolver pero no nos ponemos a exigir derechos, por ejemplo, si a una compañera no le autorizan un permiso se queja y exige hasta obtenerlo y nosotros regularmente nos quedamos con el no y buscamos otra solución, quizá por eso estamos así”, reflexionó.
En lo anterior coincidió Mario López Corona, quien tras la muerte de su esposa se vio obligado a criar solo a sus hijas, que en ese momento tenían 16 y 10 años de edad.
Compartió que la mayor dificultad era la falta de ayuda para cuidarlas, por lo que en ocasiones se veía obligado a dejarlas solas en casa mientras él acudía a trabajar como fotógrafo de eventos sociales, regularmente todo el fin de semana
“Fue muy difícil porque siempre estaba preocupado, pero no tenía de otra, se tenían que quedar solas en casa mientras yo trabajaba porque no tenía algún familiar que me las cuidara y entre semana tenía que apurarme para llevarlas a la escuela, hacer la comida y demás cosas en la casa”, contó.
Refirió que su situación siempre lo frenó para buscar un trabajo formal, ya que eso le hubiera implicado tener menos tiempo disponible para cuidar a sus hijas en el transcurso de la semana.
“Yo hubiera querido un trabajo en el que tuviera seguro social, un pago fijo y prestaciones como el aguinaldo, todo eso me hubiera ayudado, pero yo no podía irme todo el día o rolar turnos, como es en la mayoría de las empresas, entonces por eso preferí trabajar por mi cuenta, para estar al pendiente de ellas”, señaló.
Mario y Luis coincidieron en que desafortunadamente las leyes no están hechas para padres solteros, ni siquiera para alentar una paternidad más plena, porque se considera que ellos no cuidan o no son totalmente responsables de los hijos.
“Se reconoce mucho a las mamás, a muchas se les da el 10 de mayo de descanso y está bien, pero también deberían reconocer que los papás somos importantes para nuestros hijos, nosotros les damos seguridad, les enseñamos fortaleza, valentía, confianza, son cosas que también tienen importancia”, remarcó Luis.
Javier Guzmán es padre de tres hijas y señaló que aunque no es papá soltero, su trabajo también le impide dedicar el tiempo que quisiera a la crianza de sus pequeñas, que siempre han recibido más tiempo de cuidados por parte de su mamá.
“Desde que nacieron fue difícil estar sólo cinco días con mi esposa, me fui a trabajar a la fábrica preocupado, recuerdo que la llamaba para saber cómo estaban y trataba de apurarme para llegar lo más pronto con ellas, yo siempre he tomado turnos, entonces convivo con mi familia en horarios distintos”, contó.
Javier dijo que nunca ha asistido a una reunión escolar porque no tiene permisos para ello y faltar significaría perder un día de salario, de tal forma que se ha tenido que conformar con asistir solo a las ceremonias de graduación de sus hijas, para las que ha previsto permisos o vacaciones con antelación.
Cuestionado sobre si las limitaciones de tiempo debido a su trabajo afectan la relación con sus hijas, dijo que considera que el poco tiempo que pasa con ellas lo obliga a ser más paciente, pero también la figura que recibe quejas y debe regañar.
“Yo creo que a muchos nos pasa que nuestros hijos nos ven como el que llega a casa y si recibe una queja de mamá va a regañar, cuando la realidad es que tratamos, o al menos en mi caso, trato de aprovechar el tiempo que estoy con mis hijas, hay días en que llego y ya están dormidas o me voy y aún no despiertan, es difícil”, refirió.
Consideró que los hombres deberían disponer de más permisos o beneficios en la Ley Federal del Trabajo para dedicar más tiempo a sus hijos, sin embargo, dijo que ve difícil que eso pase en el corto plazo.
LAS INEQUIDADES LABORALES.
La inequidad de condiciones para el cuidado de los hijos comienza desde que ellos nacen, ya que la Ley Federal del Trabajo establece que las mujeres tienen derecho a 12 semanas de incapacidad laboral con goce de sueldo, es decir 84 días; mientras que para los hombres solo existe una licencia de cinco días, pues se asume que las mujeres necesitan más tiempo para el cuidado del bebé.
La abogada Xóchitl Gómez apuntó que lo anterior dista mucho de las recomendaciones internacionales para garantizar el ejercicio de la maternidad y paternidad en los primeros años de vida de los hijos y relega a los hombres a asumir el rol de sostén económico para la familia.
“Con esto se perpetúa el estereotipo de que las mujeres son las que deben dedicarse al cuidado del recién nacido y no se constituye una verdadera figura paterna, sino en una figura secundaría, porque se cree que no tiene la misma posibilidad de criar a un hijo, entonces históricamente se asigna a las mujeres el cuidado de los hijos y a los hombres a ayudar a esa crianza desde un lugar muy lejano”, acotó.
La abogada destacó que actualmente se impulsa una propuesta en la Cámara de Diputados para que sean 15 días los concedidos a los hombres por licencia de paternidad, no obstante, refirió que de conseguirse su aprobación, el logro todavía sería corto comparado con las necesidades.
Al respecto, el IMCO remarcó que países como Japón, Corea y Luxemburgo son los líderes en la promoción de paternidades responsables, ya que otorgan 30.4, 15.4 y 13.6 semanas de licencia, respectivamente, para que los hombres atiendan las necesidades de su recién nacido, no obstante, la mayoría de los hombres deciden no tomarlas totalmente pues también se ve a la mujer como la mayormente responsable de los cuidados.
ACCESO A GUARDERÍAS Y PERMISOS
Las guarderías estaban pensadas en las madres trabajadoras hasta el pasado 2020, cuando el Senado aprobó modificaciones a la Ley del Seguro Social para garantizar que los hombres también tuvieran la posibilidad de llevar a sus hijos a los centros de cuidado.
Aunque el paso fue importante, la abogada expresó que no ha permeado lo suficiente porque las dinámicas laborales de hombres y mujeres siguen siendo desiguales, de tal forma que a ellos les sigue resultando más difícil acceder a permisos para atender cuidados de sus hijos.
“En una sociedad sexista como es la mexicana todavía no hay una conciencia de que lo que ellos hacen en la crianza de sus hijos o en las labores no es una ayuda, sino que se tienen que involucrar a la par de la mujer, entonces prevalece el estereotipo del padre proveedor y la madre responsable del cuidado y actividades extracurriculares de los hijos, cuando sabemos que la realidad ha cambiado y hoy ambos padres trabajan por igual”, declaró.
La especialista refirió que aunque los hijos de trabajadores ya también son recibidos en las guarderías, el hecho es que difícilmente son ellos quienes los llevan a recogen, ya que por sus dinámicas de trabajo son sus parejas u otras mujeres de su familia quienes asumen esta tarea.
GUARDIAS Y CUSTODIAS
Otro paso lento que dan los padres de familia en México es la lucha por la guarda y custodia de sus hijos, ya que aunque actualmente las leyes establecen que las y los jueces deben atender con equidad los casos y concederla a quien garantice las mejores condiciones para el menor, todavía pesan los estereotipos, acotó Gómez.
Refirió que en la mayoría de los casos de guarda y custodia en el país todavía siguen siendo las mujeres quienes la obtienen, porque persiste el estereotipo de que el menor la necesita más a ella, sobre todo en los primeros años de vida.
“Es una tendencia que se ha ido superando gradualmente, esta visión de que los hombres no son capaces de cuidar a sus hijos como si lo son las mujeres, desafortunadamente los cambios culturales se dan a pasos muy lentos y se necesita hacer consciencia de que a quienes más se beneficia modificando las leyes es a los hijos”, expuso.
La especialista concluyó que el Día del Padre debe servir para reflexionar que los hombres son igual de importantes que las mujeres en la crianza de sus hijos y, por lo tanto, no solo merecen el mismo reconocimiento, sino los mismos derechos para ejercer su paternidad.