Puebla es una de las entidades del país con menos equidad salarial, pues la brecha entre los que ganan más de 10 salarios mínimos y menos de dos la coloca en la octava posición con solo el 0.5 por ciento de la población ocupada con mayores ingresos al cierre de 2017, informó el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Mientras 13 mil 568 personas reportaron ganancias diarias por más de 10 salarios mínimos, un millón 473 mil 840, que representa al 53 por ciento de la población ocupada, tuvo ingresos de hasta dos sueldos mínimos.
“Una minoría de población ocupada recibe un ingreso superior a los 10 salarios mínimos en tanto que una proporción significativamente mayor gana hasta 2 salarios mínimos”, señala el informe “Precarización laboral: revés salarial, cantidad por la calidad”.
En México, solamente dos estados que son Baja California Sur y Chihuahua, contabilizaron a más del 2.0 por ciento de su población ocupada ganando por lo menos 10 salarios mínimos, pero Morelos y Tlaxcala únicamente tuvieron el 0.2 por ciento de sus ocupados con percepciones mayores a 10 salarios mínimos, representando “el extremo de la precariedad”.
En condiciones precarias también se encuentran Guerrero y Oaxaca, cada uno con el 0.3 por ciento de su población bien remunerada, Aguascalientes y Chiapas con el 0.4 por ciento cada entidad, además de Zacatecas y Puebla con el 5.0 por ciento, también cada una, Michoacán y el Estado de México con el 6.0 por ciento. Estas integran la lista de las 10 entidades con más desigualdad salarial, de acuerdo con las estimaciones del Instituto.
En todo el país, menos de 480 mil personas ocupadas tuvieron ingresos que superaron 10 salarios mínimos de ingreso contra 22.1 millones de ocupados que cuando mucho recibieron dos salarios mínimos, al término de 2017.
“El desequilibrio más preocupante se encuentra en el sur-sureste de la república, sin embargo, ello no exime que otras regiones no enfrenten sus propios desafíos, la desaparición de empleo bien remunerado terminará por limitar el desarrollo de las entidades que hoy tienen un buen desempeño económico”, resalta.
Añade que la única manera de detener la precarización del mercado laboral es a través del incremento de las capacidades productivas de las empresas en todos sus tamaños, lo que es además, uno de los desafíos que deben resolver quienes resulten electos tanto en los estados como a nivel nacional, el próximo 1 de julio.