Tras el derribo de cinco árboles del zócalo capitalino, medida ordenada por el Ayuntamiento de Puebla debido a que se argumentó su eventual riesgo de colapso, especialistas y activistas medioambientales instan al gobierno municipal a transparentar los dictámenes técnicos y reforzar el plan de reforestación previsto para subsanar la acción, pues enfatizan en que la alcaldía afronta un déficit de vegetación endémica que debe ser resuelto progresivamente.
El arquitecto Antonio Ferrer Martínez, fundador y vocero de la iniciativa Árboles Patrimoniales, que pretende dotar de reconocimiento y protección a los ejemplares arbóreos más longevos de la ciudad de Puebla, reconoce en entrevista que la decisión tomada por el gobierno capitalino agudiza la escasez de infraestructura verde que reina en la región.
“Esta situación de déficit de arbolado y de áreas verdes, pone en situación crítica el hecho de que se retiren más ejemplares. Eso, en efecto, hace mucho ruido y sería, digamos, algo no deseable (...) Al contrario, nos hacen falta más árboles y nos hacen falta más áreas verdes”, opina.
Pese a ello, admite que en ocasiones el retiro de árboles puede justificarse mediante la elaboración de estudios técnicos especializados. El problema, refiere, es que estos planes no han sido revelados todavía y se desconoce si todos los ejemplares derribados serán restituidos o no: “Parece que tenemos que creer a ciegas en sus veredictos”.
Del mismo modo, el método para retirar los árboles ha sido inapropiado pues las bases vacías de los ejemplares siguen ilustrando el escenario del primer cuadro metropolitano: “El tocón no lo han retirado y habría que [quitarlo] de forma adecuada (...) Ni se ven bien, ni terminan siendo funcionales. Entonces, hasta que se desintegre o hasta que se descomponga, ese tocón va a estar ocupando espacio”
Es importante recordar que, tal como constató esta casa editorial en abril pasado, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), para garantizar un entorno sano deben existir, por lo menos, 16 metros cuadrados de área verde por habitante, sin embargo, estima que en Puebla capital esa cifra sea de 4 metros cuadrados.
Ante ese contexto, la Coordinación General de Comunicación Social del Ayuntamiento detalló a esta redacción que la recuperación de los ejemplares sí está contemplada. Inclusive, defendió que el pasado 2 de septiembre se plantaron, como medida inicial, dos encinos de cinco metros de altura y 15 años de edad, uno en la avenida 16 de Septiembre, esquina con Reforma, y el otro sobre Reforma, a la altura del Pasaje del Ayuntamiento.
Se necesita sembrar árboles de acuerdo al suelo
En ocasiones, los árboles son plantados en entornos opuestos de los que naturalmente provienen y ello representa un riesgo para su crecimiento, lo cual puede derivar en desenlaces fatales, como el del pasado 29 de agosto, cuando una lluvia torrencial provocó la caída del arbusto que se encontraba sobre la calle 5 de Mayo y que acabó con la vida de un menor de edad, apunta Ferrer Martínez.
Por ejemplo, el arbusto caído era un ficus, especie exótica endémica de Tailandia cuya esperanza de vida es de poco más de 80 años y su expectativa de altura es de más de 20 metros. El suelo del que provienen estos ejemplares es naturalmente húmedo, por lo que genéticamente buscarán obtener agua como forma de supervivencia.
Aunque todavía no está confirmada la causa del degradamiento de ese ejemplar, el especialista recuerda que este tipo de especies requiere de espacios abundantes para el crecimiento de sus raíces, inclusive hacia la superficie. A esta cualidad se le conoce como raíces aéreas y es importante que exista un espacio considerable para que las mismas puedan crecer adecuadamente, pues de lo contrario pueden debilitarse y desvanecer.
Es por ello que, la administración actual tiene la responsabilidad de reivindicar y conducir sus políticas de reforestación e intervención arbórea, con apego a la norma técnica municipal y a los catálogos vegetativos de la región, considerando siempre las condiciones urbanas que imperan en la ciudad. Si esto no se toma en cuenta, los peligros de sembrar “cualquier especie” pueden causar infortunios futuros y efectos ecológicos negativos, pues es así como lo han conducido los gobiernos desde hace, por lo menos, medio siglo, reconoce.
Sustitución debe ser adecuada
Aunado a lo anterior, de acuerdo con el Plan de Gestión Ambiental para el Municipio de Puebla, una vez que algún ejemplar arbustivo es retirado, debe sustituirse. Y aunque no está determinada la cantidad de árboles que deben ser sembrados, el experto habla de que los mismos tienen que ubicarse en una zona diferente a la del retiro y, además, requieren ser especies aptas para las dimensiones del espacio público.
“No se recomendaría colocar un encino de talla grande en esos nuevos espacios, porque entonces repetimos el mismo problema. Tal vez podría ser uno de talla baja, tipo arbustivo o un árbol de corte mediano o abajo y así no tendríamos los problemas que tenemos ahorita”, señala Ferrer Martínez.
Esto es importante pues resalta que la elección de ejemplares debe ser la correcta, ya que no solamente se contempla un daño ambiental sino que también se corre el riesgo de volver a afrontar escenarios como el de la caída de agosto pasado.
Advierte además que el derribo de otros ejemplares puede repetirse, pues muchos de los árboles plantados en la ciudad, además de ser exóticos, sufren procesos de adaptación desfavorables y eso evita que tengan un crecimiento apropiado. Sin embargo, enfatiza en que estos actos pueden justificarse, siempre y cuando haya evaluaciones exhaustivas y un plan de reforestación adecuado.
“Tampoco podemos satanizar esas acciones, porque si seguimos con esta idea de satanizar todo derribo, también nos estamos enfrentando a otro tipo de situaciones como es la posibilidad de que una persona pierda la vida, como recientemente ocurrió”, agrega.
Una decisión tajante
Tras la decisión del gobierno municipal de Eduardo Rivera Pérez, el gobernador Miguel Barbosa Huerta consideró que la medida fue una “reacción muy rápida”, además de “reactiva”, pues acusó que ese tipo de resoluciones deben justificarse con dictámenes técnicos y no como forma de generar una opinión pública favorable.
En ese planteamiento coincide el ingeniero químico Orlando Larios Hernández, fundador de la iniciativa Arborismo Ciudadano, pues apuntó que el estudio, “si es que lo hay”, que elaboró la administración municipal para justificar la tala debió haber tomado más tiempo y profundidad.
“Lo ideal sería hacer valoraciones muy especializadas. Honestamente, no sé si el municipio tenga al personal o elementos que estén plenamente calificados para hacer este tipo de valoraciones más exhaustivas (...) Creo que fue muy rápido y muy tajante su decisión. El derribo de árboles es el último recurso que debemos utilizar para para dar solución a los temas”, insiste.
Al respecto, sostiene que la resolución de las autoridades se dio únicamente como forma de reacción y no de prevención ante futuros siniestros, pues en realidad las alternativas tendrían que ser “corregir el rumbo” de la reforestación y no de la destrucción vegetativa.
“Es algo muy reactivo por parte del gobierno. Creo que sí pueden haber acciones más proactivas y más preventivas en este tenor, más que simplemente estar derribando árboles”, abona.
Asimismo, insiste en que debe tomarse en cuenta que el hecho de derribar árboles representa la disminución de servicios medioambientales, los cuales son especialmente relevantes en una ciudad como Puebla cuyo déficit arbóreo es importante.
“Los árboles disminuyen la temperatura en el ambiente, generan sombra, captación de polvos y dióxido de carbono, generan oxígeno y nos favorecen en la protección de los animales (...) también filtran el agua y ayudan a disminuir la probabilidad de inundaciones. Los árboles son una especie de imanes de lluvia, entonces, entre mayor densidad tengamos, pues mayor probabilidad hay de que la lluvia sea más recurrente”, subraya.
Para finalizar, ambos especialistas coinciden en que existe un rezago social en temas de arboricultura, lo cual acentúa el desconocimiento de la población sobre la importancia de proteger los ejemplares arbóreos y aumentar su presencia de forma adecuada. Asimismo, esto se traduce en la escasa planeación vegetativa que existe en la ciudad de Puebla.
Del mismo modo, es importante mencionar que se pidió al gobierno municipal conocer si existe o no un dictamen técnico usado para avalar el retiro de los arbustos, no obstante, hasta el cierre de esta edición no se brindó una respuesta.
