Donadores Altruistas de Puebla, siete años ayudando a padres de niños hospitalizados

Desde hace siente años, la asociación se ha dedicado a entregar de manera gratuita alimentos a personas que permanecen día y noche cerca del Hospital del Niño Poblano

Daniela Hernández | El Sol de Puebla

  · domingo 7 de agosto de 2022

Donadores Altruistas de Puebla, siete años ayudando a padres de niños hospitalizados. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Desde hace siete años, la asociación Donadores Altruistas de Puebla (DAP) se ha dedicado a entregar de manera gratuita alimentos a las personas que permanecen día y noche en la acera del Hospital para el Niño Poblano (HNP), en espera de la buena evolución del estado de salud de los pacientes, casi siempre sus hijos, que atiende el nosocomio.

Para Claudia Arámbulo, fundadora de la asociación civil, las condiciones precarias que los tutores atraviesan fuera del centro médico se suman a la angustia por la salud de los niños y multiplican así el impacto de un acontecimiento ya de por sí negativo en su vida.

Pese a que el hospital cuenta con un albergue para los familiares de los menores que se encuentran internados, este no se ha dado abasto para beneficiar a todos, pues la mayor parte proviene de comunidades lejanas de la ciudad de Puebla, incluso de otros estados del país, y ante la falta de recursos económicos para pagar un hotel, o de conocidos que les reciban en su casa, se ven obligados a dormir en las banquetas del centro médico.

Tras varios años de colaboración, Donadores Altruistas de Puebla incorporó más apoyos, como lavandería, entrega de artículos de higiene, donación de sangre y ayuda de servicios funerarios para quienes han perdido a un integrante de su familia durante este proceso.

La asociación se ha dedicado a entregar de manera gratuita alimentos a personas que permanecen día y noche cerca del Hospital. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Estudiantes de la Universidad Iberoamericana se han sumado a esta causa y han realizado jornadas de servicio social para la preparación de desayunos, comidas y meriendas que son llevadas diariamente al hospital.

No obstante, la falta de empleo ha disminuido la capacidad económica de la asociación, que depende principalmente de donaciones de particulares, lo que ha hecho que ahora mismo carezca de víveres como azúcar, aceite, café, servilletas y artículos de higiene personal.

Los integrantes de este grupo social de ayuda benefician en la actualidad a 50 padres de familia de los que se encuentran apostados en las inmediaciones del HNP, pero confían en que, una vez que las condiciones económicas mejores y reciban más donaciones por parte de la gente que cree en ellos, puedan incluir a más.

Incluso, esperan construir su propio albergue, pues hasta la fecha han operado desde un espacio prestado por la Casa Hogar Mariana Allsop, ubicada a un costado del nosocomio.

El inicio de la fundación

Claudia Arámbulo se dio cuenta de las necesidades que existían al interior del hospital cuando su hija enfermó de gravedad y tuvo que ser internada en ese centro médico hace más de siete años. “Yo también tuve una hija enferma y sé lo que es estar del otro lado”, expresó.

Tras la situación, observó que la mayoría de los padres de familia que mantenían a sus enfermos dentro carecían de donadores de sangre, por lo que decidió ofrecerse como donadora, sin embargo, su esfuerzo no fue suficiente, pues se necesitaban voluntarios de otros tipos sanguíneos.

“Una necesidad llegó a mí cuando una mamá fue desesperada a pedirme un donador de sangre para su hija, una niña de 12 años, desahuciada, con leucemia y que necesitaba plaquetas B positivo”, narró.

Fue entonces que, en compañía de su esposo, Claudia creó una red de donadores para los niños en el hospital, y junto con amigos y personas cercanas acudía frecuentemente al inmueble para donar. De ahí nació el nombre Donadores Altruistas de Puebla.

De acuerdo con la fundadora, la donación de sangre es una problemática que pasa desapercibida, y a la vez es una de las que más demandas recibe, pues la administración del centro de salud delega la responsabilidad de encontrar donadores a los padres de familia, y de no encontrarlos, suspende la atención médica a sus enfermos.

Claudia creó una red de donadores para los niños en el hospital. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

No obstante, al estar sumergida en las actividades del recinto detectó más necesidades, sobre todo en los padres de familia, quienes día y noche están fuera de las instalaciones del Hospital del Niño Poblano esperando una respuesta sobre la salud de sus enfermos.

“Al estar tan inmersa en el hospital conocí las necesidades de estas familias, y me doy cuenta de su entorno, son de bajos recursos, el 80 por ciento es foráneo, no tienen una red de apoyo en la ciudad y dejan a más familia en su lugar de origen. Lo que traen de dinero para comer y medicamentos literalmente se les acaba”, declaró.

Ante ello, Claudia comenzó con entregar ayuda a los tutores, con pequeñas acciones, desde apoyarlos con pañales hasta cuidar un rato a los niños mientras sus padres tomaban un descanso o salían a buscar ayuda económica.

Más tarde, y gracias al apoyo de su esposo, rentó un pequeño departamento al costado del hospital, donde ambos iniciaron con la elaboración de alimentos y recaudación de fondos para ayudar a los padres con medicamentos y gastos funerarios.

Durante el tiempo que rentaron el departamento, la dueña del edificio al enterarse de la labor del matrimonio les otorgó la facilidad de que pagaran un costo menor al precio de la renta. Sin embargo, más tarde la señora falleció y tuvieron que abandonar el lugar.

La fundación hoy en día

Tras la salida de Claudia y su esposo del edificio que rentaban decidieron no darse por vencidos con sus labores altruistas. “Si yo cerraba esa puerta dejábamos de dar de comer a casi tres mil personas al mes”, expresó.

Es por ello que se acercó con las hermanas trinitarias de la Casa Hogar Mariana Allsop y les solicitó su apoyo con el préstamo de un espacio dentro del albergue, para que pudiera continuar con sus actividades, debido a que sus instalaciones se encuentran a unos metros del hospital, lo que facilitaría su dinámica.

Actualmente, la asociación cuenta con un permiso de las hermanas para trabajar dentro del albergue por seis meses, empero, el tiempo corre, y mientras expira el plazo sus miembros buscan recaudar fondos para la construcción de su propio espacio.

En este programa colaboran alrededor de 45 personas, quienes de manera interna y externa apoyan a DAP con la donación. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

En este programa colaboran alrededor de 45 personas, quienes de manera interna y externa apoyan a DAP con la donación de desayunos, almuerzos y cenas para los padres de familia, así como el apoyo de medicamentos y víveres para la preparación de alimentos.

Dentro de un pequeño espacio, cuatro colaboradores al día inician desde las 06:00 horas la preparación de 50 desayunos para los tutores. Unos se dedican a la cocina, otros preparan los trastes donde serán servidos y unos más se encargan de subir los alimentos al vehículo que ingresará al hospital.

Al finalizar el desayuno, mientras que tres personas se encargan de servir y repartir los alimentos al interior del hospital, otros más se dedican a la preparación de la comida, y así sucesivamente hasta llegar a la cena.

Diariamente en el hospital esperan pacientes los padres de familia la llegada de los miembros de DAP. La institución de salud pública les ha facilitado un pequeño espacio donde los tutores pueden sentarse a comer sus alimentos, algunos en compañía de sus pequeños.

La voz de un colaborador

Aunado a las actividades que actualmente desempeñan los integrantes de la asociación, cuentan con un espacio prestado por otra fundación, Casa del Sol, ubicado a un costado de la Universidad Iberoamericana Puebla.

En este lugar DAP creó un invernadero, donde ha sembrado diversas hortalizas como lechuga, rábano y perejil, pero lo que más cosecha es el jitomate, del cual ha obtenido alrededor de cuatro toneladas en los últimos siete meses.

Gracias a la producción de estos vegetales, los integrantes de esta asociación altruista han logrado tener otra fuente de ingresos, no sólo económica, sino también alimenticia, pues uno de los colaboradores detalló que actualmente adquirir donaciones de frutas y verduras es difícil.

Israel Figueroa, proveniente de Cuetzalan, se ha encargado del sembradío y el cuidado de las hortalizas desde hace cuatro años. Este señor se integró al grupo a partir del apoyo que recibió alguna vez, como lo han hecho otros en estos siete años.

“Llegué como todos los papás, con la necesidad de buscar ayuda para mi niña. Ella tenía leucemia y necesitábamos muchos donadores de sangre. Fue ahí cuando me abrieron los brazos y me ayudaron”, expresó.

Después de tres años de lucha, la menor fue desahuciada por los médicos del hospital, por lo que Israel tomó la decisión de regresar a Cuetzalan con ella para compartir sus últimos momentos en compañía del resto de los miembros de su familia.

“Fue una época difícil para mí, de mucho desgaste físico y emocional, necesitaba sacar energía de algún lado y decidí regresar a Puebla para unirme a esta labor y ayudar a padres que están como estuve yo (…) gracias a Dios vamos saliendo adelante”, enfatizó.

Israel, quien siempre se ha dedicado a las labores del campo en Cuetzalan, honra la memoria de su pequeña cuidando y cosechando las hortalizas del invernadero de la fundación.

Falta de apoyo social

Claudia Arámbulo hizo un llamado a la sociedad poblana para que se una a la causa de su fundación, pues desde que arribó la pandemia por coronavirus cada vez son menos personas las que se acercan a dejar sus donativos.

La Asociación tiene un huerto donde siembran diversos vegetales. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

Reveló que las cifras que reciben han bajado drásticamente en comparación con el 2019, por lo que además de la venta de sus cosechas, han realizado otras actividades como la venta de ropa y artículos de segunda mano en su bazar.

Claudia agregó que quienes no puedan apoyar en especie, pueden contribuir en la preparación y distribución de alimentos dentro del hospital los días que tengan un espacio disponible, pues siempre están abiertos a recibir manos extra de ayuda.

Si usted quiere sumarse a esta causa y contribuir con ayuda para los padres de los niños hospitalizados en el HNP puede acudir a la Casa Hogar Mariana Allsop, ubicada en calle de La Niñez número 40, en la colonia Concepción la Cruz, en horario de 08:00 horas a 13:00 horas, de lunes a viernes.

Ahí se pueden hacer donaciones económicas o en especie, como ropa usada en buen estado, juguetes, libros y víveres como azúcar, cereales y alimentos no perecederos. También puede comprar alguno de los artículos que se venden en el bazar, que se localiza ahí mismo.