Los edificios deshabitados que hay en la ciudad de Puebla causan entre los vecinos una percepción de inseguridad porque consideran que están expuestos a que delincuentes o consumidores de sustancias ilegales se refugien en las construcciones y pongan en peligro su integridad.
Los motivos por los que un edificio no está habitado son múltiples, pero en ocasiones se debe a conflictos legales, que están en proceso de ser rehabitados o por la muerte de sus dueños, señaló Fabrizio Pizar Rojas, director de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios en Puebla (AMPI).
El Sol de Puebla recorrió algunas edificaciones que se encuentran deshabitadas, entre ellas un inmueble del bulevar Luis Sánchez Pontón, ubicado en la junta auxiliar de San Baltazar Campeche.
Al interior de la construcción gris hay botellas de diferentes marcas de alcohol, latas de cerveza, latas de PVC y artículos de uso personal que, a decir de los colonos, pertenecen a las personas sin hogar que han utilizado el edificio como si fuera su casa.
El inmueble, de 15 pisos, tuvo con un conflicto legal entre particulares que impidió se pudiera ocupar, informó para este medio el director del AMPI.
Para la colona de San Baltazar y madre de familia, Pamela Limón, el edificio, que se encuentra en inmediaciones de Plaza Dorada, representa un peligro porque en algunas ocasiones ha visto personas en situación de calle que usan el lugar para vivir.
Cuestionada sobre si ha sido víctima de algún tipo de agresión o acoso por parte de alguien que habita el edifico, respondió que hasta el momento no, pero le da una sensación de miedo porque tiene que pasar por el lugar para llegar a su casa y a veces lo hace en la noche, acompañada de su hijo, lo que considera la pone en un estado de vulnerabilidad ante un ataque.
“Desde que llegamos está así (vacío) pero vemos que adentro hay muchas cosas. El lugar huele a cerveza y alcohol. En algunas ocasiones hemos llegado a ver personas que salen y entran, como si vivieran aquí, a lo mejor lo utilizan para poder drogarse a gusto, porque si vivieran en un albergue no podrían hacer todo lo que aquí sí pueden, creen que nadie los ve”, externó.
Declaró que en la zona cercana al edifico habitan menores de edad, quienes también se vuelven un blanco para las personas en situación de calle o que usan el edifico para drogarse porque bajo las sustancias pueden agredir de alguna forma a los niños y las niñas.
Esta percepción de inseguridad la compartió otro habitante de la junta auxiliar, Erick Gabriel Castañeda, quien vive solo pero también dijo que las autoridades deberían buscar la forma de resolver la problemática legal que atraviesa el edificio para posteriormente determinar cuál será su uso.
El edificio fue noticia local en 2021 porque en el cuarto piso del lugar se encontró el cuerpo de un hombre muerto y con múltiples golpes en el cuerpo.
El hallazgo se dio porque una mujer que presuntamente iba a grabar algo ahí comenzó a percibir un olor extraño y vio manchas de sangre en el piso, hasta que se percató del cuerpo.
Ante esta situación llamó a personal de emergencias, que al arribar al punto confirmó que el varón estaba muerto.
Uno más en la 11 Sur
Otro edificio que se encuentra en una situación parecida es el que está ubicado en la 11 Sur y la 7 Poniente, frente al Paseo Bravo.
El edifico se construyó para departamentos, pero por alguna situación desconocida hasta el momento, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad lo clausuró. Inclusive, el inmueble aún conserva el sello.
Esta casa editorial buscó la postura de las autoridades del ayuntamiento de Puebla para conocer el número de edificios abandonados que hay en la ciudad, pero hasta la publicación de este material no obtuvo ninguna respuesta.
El edificio de tres pisos tiene en la fachada grafitis y cartulinas, pero al interior se puede observar que los departamentos están casi terminados.
Julio de la Luz, quien reside en un lugar cercano a la zona, comentó que gracias a los sellos que tiene el inmueble la gente no puede entrar, así que consideró necesario que las autoridades busquen la forma de cercar las construcciones deshabitadas para prevenir que alguien ingrese.
Asentó que diariamente pasa por el lugar y hasta el momento no ha visto que alguien lo habite, aunque afirmó que al carecer de luz el edificio es un peligro para quienes transitan por el punto en las noches.
Aunado a lo anterior, Mayte Hernández, vecina de la zona, expresó que la edificación está en una ubicación céntrica y frente a un paradero de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), por lo que sostuvo que tiene mayor vigilancia y no es tan inseguro como otros edificios.
El director del AMPI comentó que los edificios y casas deshabitadas se encuentran en esa situación debido a los conflictos legales que atraviesan las construcciones, el cambio de propietarios, la contingencia sanitaria por el coronavirus, la entrada de nuevos gobiernos o porque están en proceso de ser rehabitados.
Sobre el último punto recordó que la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI) firmó un convenio con el ayuntamiento de Puebla en febrero pasado para construir viviendas durante los tres años de la administración del alcalde Eduardo Rivera Pérez.
“Yo dividiría esa clasificación. En el centro histórico vemos que los amigos de CANADEVI y el ayuntamiento de Puebla tienen un programa. ¿Qué es lo complicado?, que el centro es un lugar con un alto nivel de conservación y entonces no puedes tomar cualquier casa, edificio y hacerle cualquier cosa (…) también hay que tomar en cuenta que vino un cambio de administración y llegó la pandemia”, expresó.
Sostuvo que debido a que la ciudad es Patrimonio Cultural de la Humanidad es complejo intervenir casas o edificios que estén en el primer cuadro de la capital.
Explicó que otro de los motivos por los que a veces las construcciones están deshabitabas es debido a que atraviesan un conflicto legal desde años o décadas atrás.
Ante los señalamientos de los vecinos, que tienen temor por la inseguridad que pueden generar, Pizar Rojas asentó que las autoridades deberían ver la viabilidad de cercar los lugares para dificultar el acceso a la gente que por curiosidad entra para averiguar qué es lo que existe al interior.
“Lo que yo considero que habría que hacer es cercar, es decir, ir cerrando, para que no pudiera haber acceso. Eso se da mucho en la Ciudad de México por ejemplo y ahora es un problema serio. Edificios que quedan abandonados por temas legales, que se vuelven focos de delincuencia”, comentó.
Recientemente un grupo de jóvenes acudió al edificio cercano a Plaza Dorada para documentar qué había en su interior y debido al morbo de la gente la filmación ya cuenta con miles de vistas.
El titular del AMPI profundizó en que la pandemia por coronavirus también fue un factor que frenó durante dos años los temas relacionados a la inmobiliaria.
Inclusive, ahondó en que a veces algunos edificios no están habitados porque los dueños murieron y los hijos o personas del círculo cercano o familiar tomaron la decisión de no habitarlo.
En el tema de viviendas, que a veces suelen no ser habitadas, respondió que las que están en las orillas de la ciudad son abandonadas porque no cumplen con las necesidades de las personas que las compraron.
Ejemplificó que un padre de familia adquirió una vivienda en la zona sur de la capital, pero su trabajo está en la zona norte, por lo que se complicaría el traslado y a lo mejor el interesado prefiere rentar.
Para evitar dichas situaciones hizo un llamado a reflexionar antes de comprar una casa y revisar que esté en regla para prevenir futuros problemas.