Hace cuatro años y medio, Eduardo Rivera Pérez fue inhabilitado de la función pública por un periodo de 12 años, en lo que se calificó como una persecución política por parte de los entonces dueños del PAN. Hoy en día es un sobreviviente que por segunda vez rindió protesta como alcalde de Puebla y con miras a buscar la gubernatura en 2024.
Originario de Toluca, Estado de México, pero con toda una vida viviendo en Puebla, Eduardo Rivera egresó de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) en 1995; en 2003 hizo un diplomado en entrenamiento profesional en ciencia política e investigación de la opinión pública en George Washington University; y en 2007 se graduó como Maestro en Gestión Pública por el Centro de Estudios de Gestión de la Universidad Complutense de Madrid.
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Su carrera política inició hace más de 20 años, pero fue en el año 2000 cuando consiguió su primer cargo importante como diputado federal en la LVIII Legislatura, donde formó parte de las comisiones de Juventud, Turismo y Educación Pública.
Para 2003 era el perfil más fresco del panismo tradicional y se convirtió en dirigente del partido, desde donde pudo amarrar un lugar como diputado de representación proporcional en la LVII Legislatura del Congreso del Estado.
Eduardo Rivera solicitó licencia para buscar por primera vez el cargo más importante en su carrera hasta ese momento y fue candidato del PAN a la presidencia municipal de Puebla, ciudad que gobernó del periodo 2011-2014.
CONFLICTOS CON MORENO VALLE
Eduardo Rivera ganó la elección al mismo tiempo que Rafael Moreno Valle arrebató la gubernatura del estado al PRI, sin embargo, desde entonces eran de grupos políticos diferentes y sus diferencias se hicieron evidentes a lo largo de su gobierno.
Los conflictos iniciaron cuando Moreno Valle requirió más de 200 elementos policiacos estatales que estaban asignados al municipio, dejando a la capital desprotegida, sin embargo, la evidencia más fuerte de sus diferencias fue en el Grito de Independencia de 2011, cuando el gobernador relegó al alcalde del balcón, en el propio Palacio Municipal.
A pesar de los conflictos a nivel local, Eduardo Rivera logró construir buenas relaciones a nivel nacional, después de que se convirtió en presidente de la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC) y parte de la Confederación Nacional de Municipios de México (CONAMM).
Al concluir su trienio, el panista tuvo que refugiarse en otros estados para sobrevivir a la persecución morenovallista, por lo que fue coordinador de la campaña del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González; así como Coordinador de Planeación y Logística en la transición del gobierno de Quintana Roo en 2016.
A la par de estos encargos, el ex alcalde también se desempeñó como consultor superior en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
APRUEBAN INHABILITACIÓN EN SU CONTRA
Su alejamiento de la actividad política en Puebla no terminó con los conflictos que arrastraba con el morenovallismo, que a esas alturas controlaba el partido y el Congreso del Estado, que en 2017 aprobó una inhabilitación de 12 años en contra del ex alcalde que buscaba dejarlo fuera de la contienda electoral de 2018.
Después de promover varios amparos y buscar el respaldo de la dirigencia nacional con Marko Cortés como presidente, el proceso en su contra se desechó y pudo competir por la alcaldía de Puebla por segunda ocasión.
Sin embargo, no recibió el apoyo de todo el panismo y con el efecto Andrés Manuel López Obrador perdió la contienda contra la hoy ex alcaldesa, Claudia Rivera Vivanco.
CONSIGUE REVANCHA EN 2021
El 2018 fue el año de su derrota, pero también el año en que perdieron la vida Rafael Moreno Valle y su esposa Martha Erika Alonso Hidalgo, en un accidente aéreo mientras viajaba a la Ciudad de México, lo cual cambió toda la configuración política en el estado y obligó a una elección extraordinaria.
En esta ocasión, fue lo que quedó del morenovallismo, a través de la presidenta estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, quien se opuso a su postulación como candidato a presidente municipal, sin embargo, una nueva mesa de negociación con Marko Cortés permitió la tercera postulación de Eduardo Rivera.
El desgaste de la alcaldesa morenista y la ausencia de su enemigo más fuerte dentro del PAN, permitió al panista cobrar su revancha y ganar la elección el pasado 6 de junio.