El traslado de la manera de enseñar a la parte digital, ha sido un reto al que cientos de profesores se han enfrentado desde los inicios de la pandemia, pero lograr que un menor con alguna discapacidad física, intelectual o sensorial, continúe aprendiendo a la distancia, ha obligado a las asociaciones y educadores particulares a buscar alternativas.
En entrevista para El Sol de Puebla, la directora general de la Asociación para el Manejo Adecuado de la Discapacidad A. C. (AMAD), Marcela Cordero explicó que, derivado de las medidas por la emergencia sanitaria, se han tenido que acoplar para poder continuar con la formación de sus niños y adolescentes desde la virtualidad y el trabajo conjunto.
"(Ha sido) todo un reto, pues nos hemos tenido que acoplar ahorita a la tecnología para darles seguimiento a nuestros niños, hemos estado en comunicación constante con las escuelas por diferentes medios para seguir acompañándolas en este acercamiento", dijo.
En esta misma intervención, Cordero enfatizó que de manera presencial es difícil atraer y mantener la atención de un niño, pero el estar frente a una computadora lo era aún más, no obstante, remarcó que estas dificultades por la Covid-19 han traído situaciones positivas, tales como un mayor involucramiento por parte de las familias de sus alumnos.
"No es nada sencillo, sin embargo, hemos logrado trabajar con ellos y trabajar con las familias, (...) el que sea a través de una pantalla, de una u otra forma a generado que la familia se involucre si o si en hacer las actividades", recalcó.
AFECTACIONES DEL CONFINAMIENTO
De manera general, agregó que las habilidades sociales han resultado afectadas, ya que la falta de interacción con más niños ha bajado el ánimo por continuar aprendiendo.
“Hay niños que están sumamente desmotivados o desganados por aprender o vincularse con las escuelas de esa forma (virtual). Están cansados de que sea de esa manera y de que no puedan jugar, de que no pueda haber contacto”, agregó.
Asimismo, adelantó que las mismas escuelas saben que al regreso, el conocimiento de los niños no corresponderá con el grado a cursar, pese al gran esfuerzo que hasta ahora han realizado los padres de familia y los maestros.
“Cuando las escuelas abran, nos vamos a enfrentar a muchas circunstancias que también la escuela se va a tener que enfrentar para poder responder a las necesidades de los niños”, previó.
En cuanto a los aprendizajes que las complicaciones por la emergencia sanitaria le han dejado, resaltó la constante búsqueda de herramientas y alternativas para poder continuar brindando su apoyo, pero, sobre todo, la lección que sus alumnos le han demostrado a través de su compromiso y las ganas por seguir aprendiendo a pesar de las circunstancias.
“Nos sorprendió totalmente la respuesta de los niños con discapacidad, (…) logran avances, que sí logran dar seguimiento, aunque sea de manera virtual a lo que se les está planteando, tienen toda la posibilidad de aprendizaje y adaptación a ello”, celebró.
TERAPIAS A DOMICILIO
De igual manera, Mónica, licenciada en terapia de lenguaje, tuvo que adaptar sus contenidos y maneras de trabajar con los pequeños que presentan alguna dificultad, pero no sólo para otorgarlas a través de medios virtuales, sino también durante visitas a domicilio, bajo estrictos y constantes protocolos sanitarios.
En cuanto al tiempo de decisión y cambios para no dejar sin atención a sus pacientes, Mónica manifestó que tardó hasta seis meses en reestructurar su enseñanza y buscar opciones en beneficio de cada uno.
“Doy terapia de forma virtual por algunas dos plataformas, de forma presencial, ya sea en casa o cuando asisten al consultorio. Fueron seis meses en los que tuve que pensar y analizar la situación en la que estamos para saber qué decisión tomar”.
En los cambios positivos, destacó de igual manera el compromiso y preocupación que los padres han mostrado para buscar ayuda hacia sus hijos, ya que, a pesar de tener otras cuestiones o problemas dentro de la familia, se esforzaban por atenderlos.
“Si tiene su familiar alguna anomalía o dificultad que afecte su comunicación esto hace que exista más preocupación, (…) de forma positiva, por supuesto que la gente ya está en otro canal”.
Finalmente, entre los aprendizajes que la pandemia le ha dejado como docente, Mónica subrayó a la paciencia y a la seguridad con la que ha continuado enseñando a los niños.
“Mucha paciencia, en mi persona, en las personas que me rodean, paciencia ante las personas que creen en lo que yo hago y creen que va a dar resultados. (…) Estar seguros de lo que uno hace y cómo lo hace en medios que uno utiliza para poder dar la atención prioritaria”.
ECONOMÍA, OTRO OBSTÁCULO
Mónica reveló que, las dificultades económicas de las familias a causa del Covid-19, derivó en una baja del 60 o 70 por ciento de sus alumnos, por lo que, en apoyo a ellos y a los menores, ha tenido que ajustar sus tarifas.
“La economía ha afectado demasiado, porque no hay trabajo, no hay dinero, (…) trato de brindarles la ayuda que se pueda, dándoles una cantidad o una cuota muy mínima”.