Al menos el 30 por ciento de la carne que consumen las familias del municipio de Puebla proviene de rastros ilegales, pues los animales no fueron sacrificados en el rastro municipal o son de los supermercados, en donde la carne tiene una certificación Tipo Inspección Federal (TIF).
Lo anterior lo dio a conocer el director administrativo de Industrial de Abastos Puebla, Miguel Ángel Estrada Calderón, quien en entrevista con esta casa editorial informó que el 30 por ciento pasa por el rastro, el 40 por ciento por los supermercados y el 30 por ciento es incierto.
Dicho porcentaje es en general, ya que no hay zonas en donde haya más incidencia de venta de carne de dudosa procedencia, sino es en todo el municipio de Puebla, por ello es que quienes compren este alimento deben saber de dónde proviene.
“El 30 por ciento es lo que pasa en el rastro, 40 es el que está en los centros comerciales, el 30 es la meta a atacar, se encuentra en todo el municipio”, dijo.
Mencionó que incluso la carne viene de rastros clandestinos provenientes del estado vecino de Tlaxcala, pues si la carne no tiene el sello del rastro, entonces se desconoce su origen y esto debe acabarse.
Asimismo, sostuvo que no solo es un tema de salud, sino también de medio ambiente, ya que cuando matan a los animales, tiran los desechos en los drenajes y esto genera una contaminación importante.
Expuso que desde el rastro municipal, se sanea el agua que se ocupa, se hace composta con los desechos y con ello ya no se tiran tal cual, sino que se utiliza en otras cosas y con ello no se contamina.
“La carne que no provenga con un sello del municipio, pues es de origen clandestino, entonces hay que seguir detectando donde está el clandestinaje. Hay que hacer entender que se debe cuidar el medio ambiente”, declaró.
Finalmente llamó a hacer conciencia sobre cómo se mata a los animales y los desechos de los mismos, pues no es “matar por matar” y adelantó que en próximas fechas el ayuntamiento de Puebla lanzará una campaña para que la ciudadanía haga conciencia de esto.
