Consomé de camarón, carne árabe cocinada lentamente alcarbón y flanes caseros son apenas una probadita del éxitogastronómico que durante casi 20 años ha distinguido a lataquería El Gran Compadre.
Ubicado en el bulevar Héroes 5 de Mayo 4816-D –no tienepérdida ya que está en la glorieta de La China Poblana-, elestablecimiento se ha convertido desde su apertura, el 24 de abrilde 1998, en una parada obligada para los paladares poblanosansiosos de auténticos tacos árabes.
Tras la sazón, está la figura de Manuel Aparicio, oaxaqueñoque con más de dos décadas de experiencia en taquerías de laAngelópolis abrió finalmente su propio negocio.
Aunque los comienzos fueron difíciles, poco a poco lapopularidad de las tortillas de harina, de la salsa verde y roja y,especialmente, de la carne cuidada mimosamente sobre el carbón,convencieron a los poblanos de convertir a El Gran Compadre en sutaquería favorita.
¿El secreto de este éxito? Un buen corte de la carne y unaexcelente atención provocan, confesó Manuel casi sin pensar, quecada vez sea más difícil encontrar una mesa libre en estenegocio. Para aquellos que prefieran saborear un jugoso taco otorta en su hogar, El Gran Compadre ofrece también servicio adomicilio.
Las taquizas en grandes eventos, con la presencia incluso degrupos musicales como Los Recoditos o Los Tigres del Norte, son yauna de las mejores cartas de presentación de El Gran Compadre. Noimporta si hay 100, 200 o mil comensales, el negocio, presumió sufundador, siempre cumple.