“Guerrero con prótesis”, así es como han denominado a Mario López Rivas, quien tiene 38 años de edad y desde hace tres décadas padece diabetes, problema crónico que lo llevó a perder la pierna derecha en octubre de 2016 y a tener dificultades visuales el año pasado, motivo por el que fue operado nuevamente.
Mario es el ejemplo de que lo que una enfermedad crónico-degenerativa puede causar a una persona si no se trata de manera adecuada, pero también es la muestra de que es posible tener una vida normal, con un empleo y familia, aun sin tener una extremidad.
Fue diagnosticado con diabetes, igual que su madre, a los 18 años de edad; sin embargo, los médicos estimaron que desde los ocho años de edad desarrolló el padecimiento, toda vez que fue cuando comenzó con los síntomas de cansancio, sed y ganas constantes de orinar.
Los recuerdos del proceso de la amputación aún están frescos en su memoria, pues dicha complicación le cambió la vida. A la edad de 36 años trabajaba en un restaurante y un día, al bañarse, notó que la uña de un dedo del pie estaba levantada y el tejido estaba muerto y era de color negro.
Sin darse cuenta, o siquiera saber que eso podía pasar, tuvo pie diabético. Luego, fue cuestión de días para que los médicos resolvieran que era necesario apuntarle la pierna derecha. Buscó alternativas, pero no hubo alguna. Por momentos pasó por su mente quitarse la vida, no obstante, reflexionó en que esta era una nueva oportunidad de vida y decidió enfrentar la difícil situación.
Durante todo el proceso estuvo acompañado por quien ahora es su compañera de vida, Irene Vargas, quien no lo abandonó ni un solo instante a pesar de las dificultades económicas por las que también han atravesado.
Tras perder la pierna estuvo perdido, pero decidió volver a luchar porque tiene dos hijas y ahora una esposa por quienes debe salir adelante. Es originario de la junta auxiliar de San Baltazar Tetela y trabaja en un restaurante, pero pronto podría prestar sus servicios en la concesionaria del grupo Volkswagen Z Motors de Cholula por invitación del gerente de ventas, Víctor Hugo Martínez, quien ha sido parte fundamental en su nueva oportunidad de vida.
Mario se aprecia como un hombre trabajador y valiente. Su relato es la muestra de que nada es imposible en la vida y solo se requiere de decisión para poder hacer las cosas, esto a pesar de que los problemas de salud no han sido los únicos que lo han desanimado.
Como cualquier persona ha tenido que enfrentarse a otros, que le han tenido celos profesionales y hasta lo echaron de su trabajo. Pero todo esto lo ha superado con la ayuda de otra gente que siempre se ha mostrado solidaria, especialmente tras perder la pierna y tener que reunir una gran cantidad de dinero para adquirir su prótesis.
En el camino se ha encontrado con todo tipo de personas y el hecho de tener que andar con una sola pierna, a soportar los dolores al quitarse la prótesis y hasta estar expuesto a las burlas lo tiene más motivado que nunca para seguir trabajando.
La diabetes es una enfermedad con la que ha tenido que aprender a vivir. La amputación de la pierna fue como consecuencia de este mismo padecimiento y la falta de cuidados, toda vez que admitió que no tuvo una buena alimentación y llevaba una vida sedentaria.
A pesar de que hace un año también tuvo que ser operado en la Ciudad de México por problemas de vista, complicaciones de la propia diabetes, no se desanima y quiere convertirse en un ejemplo de vida para otros que podrían estar en su misma situación.