La violencia contra las poblanas que las lleva a requerir atención hospitalaria va en aumento. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud, durante las primeras semanas del 2019 se tiene reporte de 103 personas que necesitaron servicios médicos por esta causa, lo que representa un aumento del 68.8 por ciento en comparación con el año pasado y, también, la cifra más elevada en el último sexenio.
Durante 2018, también al corte de la cuarta semana epidemiológica, acudieron 61 personas con alguna lesión por violencia familiar a instancias médica; es decir, que este año durante el primer mes de año la cifra aumentó 42 reportes.
Desde 2013, cuando se contabilizaron101 casos de personas lesionadas por violencia familiar en el estado de Puebla hasta la semana epidemiológica cinco, este año, se registra la cifra más alta de casos. En 2014 fueron 70; en 2015, 86; en 2016, 48; en 2017 39 y en 2018, 61.
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Aunque la estadística refiere que hombres y mujeres se toman en cuenta dentro del reporte, durante las primeras cuatro semanas epidemiológicas del 2019 sólo acudieron mujeres por lesiones por violencia intrafamiliar.
"La violencia familiar ocurre generalmente en el espacio que se considera privado y que debiera ser el más seguro para las familias; lamentablemente esto no suele ser así, el hogar se convierte en el lugar más inseguro e incluso peligroso para las personas que en él conviven", cita la Secretaría de Salud Federal a través del programa Prevención y Atención de la Violencia Familiar y de Género.
El documento no especifica las edades de las víctimas y tampoco el tipo de lesión con la que acuden a las instituciones de salud; sin embargo, la violencia intrafamiliar está catalogada dentro dela Dirección General de Epidemiología como un problema de salud.
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En promedio cada semana, durante el 2019 se han atendido formalmente 26 casos de mujeres violentadas dentro del hogar, es decir, cuatro por día, aproximadamente.
"Los daños (por violencia familiar) pueden trascender generaciones, personas y familias rotas suelen ser las consecuencias tanto para las y los testigos, como para quienes la sufren directamente casi siempre mujeres, niñas y niños. Insultos, humillaciones, golpes, miedo, resentimiento, se convierten en el día a día de sus integrantes, este es el clima que se vive en los hogares y es propiciado generalmente por una sola persona en el grupo, los hombres adultos", agrega el documento.
