Elizabeth hace tres años se alejó de la violencia económica y emocional que sufría a lado de su esposo con el cual tuvo dos hijos. A pesar de lo anterior y al hecho de que se encontraba en proceso de divorcio, su cónyuge no supo asimilar la situación, al grado de que un 14 de febrero, día en el que se supone se celebra el amor y la amistad, este sujeto decidió tomar un cable para ahorcarla y asesinarla en Texmelucan, lugar donde ella contaba con una plaza como maestra de Educación Física.
Hoy los familiares de la víctima de 33 años de edad, guardan en su mente y sus corazones, la imagen de la mujer ejemplar, estudiosa, alegre y dedicada no solo a su formación profesional, sino también en gran parte, a sus hijos, con los cuales, aseguran, pasaba tiempo de calidad.
Apasionada por su trabajo y preocupada por aquellos niños que sufren de algún problema de neuromotricidad, María Elizabeth o Eli como le decían de cariño, no se conformó con una licenciatura en Educación Física, sino que decidió ir por más, desde diplomados hasta una maestría.
Elizabeth estudió la licenciatura en Educación Física en la Escuela Normal, fue maestra, estuvo a cargo de varios grupos en diversas instituciones, posteriormente en ella surgió la inquietud de estudiar un diplomado en neuromotricidad y neuro rehabilitación, además de una maestría en Pedagogía porque su intención era seguir formándose y estar al frente de grupos, logrando la maestría en la Universidad Popular Autónoma de Puebla (Upaep), incluso daba cursos para formar a otros maestros y hacerlos más sensibles ante alumnos con algún problema motriz con un nudo en la garganta, recordó Aglae, tía de María Elizabeth.
Atendiendo a sus capacidades, habilidades y formación académica, en diciembre de 2019, Elizabeth también fue considerada para impartir una conferencia de excelencia dentro del VI Congreso Nacional en neuro rehabilitación pediátrica y neuromotricidad, demostrando una vez más, su entusiasmo y ganas de salir adelante.
Todos sus logros y la proyección que la mujer tenía, le valieron para recibir una plaza como docente en la región de Texmelucan, situación por la que ella, tuvo que dejar la ciudad de Puebla, de donde era originaria, para migrar a aquel municipio, viéndolo incluso como una oportunidad de alejarse del padre de sus hijos, con el cual ya llevaba tres años separado.
Ella mucho tiempo crío a sus hijos como una persona sola, no contaba con el apoyo de su esposo al cual conoció desde la licenciatura, también es maestro en Educación Física. Muchas personas sabían de la irresponsabilidad económica de Jorge Ernesto, precisamente por eso y al darse cuenta que no era una relación sana tanto para ella como para sus hijos, Mary decidió alejarse de él. Ya tenía tres años de separada y el proceso de divorcio inició en 2019, sin embargo, nosotros creímos que ella lo tenía todo bajo control, nunca hubo indicios de agresión física, jamás pensamos que iba a escalar la violencia al grado al que llegóen entrevista telefónica explicó la tía de María Elizabeth, aún sin poder dar crédito a lo ocurrido con su sobrina, el 14 de febrero del presente año.
Aquel día, Jorge Ernesto, con quien la víctima compartía la custodia de sus hijos de 9 y 11 años de edad, respectivamente, llegó al fraccionamiento donde ella residía con los menores en la comunidad de San Rafael Tlanalapan perteneciente al municipio de San Martín Texmelucan.
En ese lugar, el acusado y la mujer sostuvieron una discusión en la que el sujeto acabó por tomar un cable y ahorcarla para después huir con los dos infantes, los cuales tiempo después fueron abandonados en el domicilio de un familiar de María Elizabeth. Desde entonces, Jorge Ernesto es buscado por las autoridades ministeriales.
Aunque la imagen de Eli fue manchada por la violencia que este sujeto impregnó en su víctima, el recuerdo que sus familiares guardan de ella, es el de una persona brillante, ejemplar y que siempre tenía una sonrisa dibujada en el rostro.
A Elizbeth la recordamos como una persona muy alegre, con una sonrisa en el rostro, como una mujer que siempre tenía tiempo para su familia, le gustaba mucho convivir con sus hijos, siempre tenía un espacio para ellos, dividía su tiempo entre sus hijos y su trabajo, ellos estudiaban en el mismo centro escolar donde ella daba clases; cuando terminó la carrera es cuando ella tuvo a su hijo mayor, posteriormente ella siguió estudiando, nunca vio truncados sus estudios, creo que todos sus sueños los estaba cumpliendo, y si no le hubieran quitado la vida, estoy segura que hubiera continuando con otros estudios aseveró la entrevistada, quien en el marco del Día Internacional de la Mujer, pide justicia para su sobrina y que los familiares de las mujeres que están siendo violentadas, las apoyen y no se queden callados.
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