Emmanuel y Alejandro son una pareja homosexual con VIH que tiene como sueño casarse, acudieron a la iglesia para bendecir sus argollas y la puerta que creyeron estaría cerrada les dio su bendición, el padre les dijo que Dios no conoce límites y esto los motivó a unirse por la vía legal. Sin embargo, en el Juzgado Cuarto de la capital se negaron a realizar el trámite, argumentando que no pueden violar la constitución.
“Todo pasó en abril, intentamos casarnos sabiendo que esto es legal desde el 2020, pero teníamos dudas porque somos personas seropositivas. Fuimos al Juzgado Cuarto que está en San Francisco, fuimos como cinco veces antes, a preguntar por los informes y el inconveniente, ellos nos dijeron que procedía, sin ningún problema, siempre y cuando firmáramos una carta responsiva sobre el estado de salud de la pareja”, relataron.
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JUEZ DE PUEBLA SE NEGÓ A CASARLOS PESE A QUE ELLA LOS ATENDIÓ DÍAS ANTES
Como acudieron varias veces antes y no les pusieron trabas, Emmanuel, así como Alejandro comenzaron los preparativos para su boda, recopilaron todos los papeles necesarios, hicieron los análisis, y hasta rentaron una recepción para hacer una fiesta posterior a su unión legal.
Con tiempo de anticipación le preguntaron a la juez del Juzgado Cuarto, Paola Díaz Aranda, si se tenía que hacer una cita, pero ella respondió que no, que sólo tenían que llegar temprano y formarse.
Llegó el día tan esperado, el 28 de abril, y la primera persona que los atendió revisó los papeles, pero al llegar a los análisis les dijo que estaban positivos a VIH y que su casamiento no procedería. Ellos se sorprendieron, pues esta misma persona fue la que les indicó que sólo era necesaria el acta responsiva.
Después llegó Paola Díaz, quien les dijo que el Código Civil de Puebla, puntualmente el artículo 299 dice que no se pueden casar por tener VIH. Ellos se conmocionaron, pues mínimo fueron cuatro veces previas y en ni una de ellas les dijeron que esto era algo prohibido.
Emmanuel y Alejandro explicaron que la ley sólo dice “enfermedades contagiosas, así como hereditarias”, y argumentaron que, si se tomara al pie de la letra, no se podrían casar personas con coronavirus, artritis o con diabetes.
Esta mujer primero les dijo que “todo tenía solución”, pero luego que no podía proceder y en un sinfín de ocasiones cambió su discurso. Ellos desconocen el motivo de estos cambios de decisión y temen que la mujer haya querido un soborno.
Nuevamente la jueza insistió que no podía casarlos, incluso les dijo que fueran a la Comisión de Derechos Humanos en Puebla (CDH) para externar su caso y que ellos los ayudarían a resolverlo.
Alejandro comenzó a llorar por todo lo que estaba ocurriendo y ella le pidió que no llorara, incluso dijo: ¡ay que lástima porque hasta guapos venían! Empezó a decirnos que fuéramos al otro día, pero ir al otro día implicaba un costo extra por ser un evento exterior al Juzgado explicaron.
Para este momento, ya habían pasado varias horas, se sentían observados, pues al ser una pareja querían estar juntos, pero los policías auxiliares no querían que se abrazaran o estuvieran cerca, argumentando que se tenía que respetar la sana distancia.
GANAN SUSPENSIÓN PROVISIONAL PARA PODER UNIRSE LEGALMENTE
Por esta situación, decidieron solicitar el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla y también pidieron respaldo del abogado Marco Antonio Moreno Rosado, quien pertenece a la Asociación México Igualitario. Al llegar el joven de la CDH nuevamente la jueza trató de cambiar la historia y al enojarse por haber pedido ayuda dijo: “háganle como quieran, no los voy a casar”.
“Marco Antonio es abogado, le explicó que hubo una jurisprudencia y en el dime y direte ella dijo que no nos casaba porque no nos habíamos formado a tiempo, nuevamente cambió la versión y dijo que ella era la víctima, nos hizo ver como los malos, como los groseros, cuando mínimo cinco veces nos dijo que no nos iba a casar”, añadieron.
Al final, luego de mucho desgaste físico, así como emocional, la jueza dio un rotundo “no”, por lo que Marco Antonio les sugirió levantar un amparo. Para los primeros días de junio les dieron una suspensión provisional y este 7 de junio les dieron la suspensión definitiva.
¿Esto que significa?, pues que con este documento Emmanuel y Alejandro ya pueden acudir a cualquier juzgado en Puebla y los pueden casar, ya no hay ningún motivo para ponerles trabas y esperan que en próximos días puedan concretar su sueño.
Si decidieron hacerlo público fue para alzar la voz, para exigir justicia por sus derechos y que los diputados tomen en cuenta estos vacíos en las leyes para tomar cartas en el asunto.
Acudimos a misa antes de todo esto, compramos nuestras argollas, escuchamos la palabra de Dios, le pedimos por esto e intentamos que nos dieran la bendición. Sabíamos que en la Iglesia no está permitido y al final, nos acercamos al sacerdote, que muy amable bendijo las argollas y nos dijo que el amor de Dios no conoce límites. La puerta religiosa era la que creíamos cerrada, pero al parecer la ley era la que iba a poner más candados concluyeron.