El titular de la Secretaría de Salud de Puebla, José Antonio Martínez García, dio a conocer que los tratamientos profilácticos Pre Exposición y Post Exposición, mejor conocidos como PrEP y PEP, respectivamente, que funcionan como una barrera que previene la transmisión del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), ya están disponibles en los centros de salubridad estatales, sin embargo, todavía se desconoce cómo es el procedimiento.
En conferencia de prensa, el funcionario detalló que ambos medicamentos ya son otorgados a la población que carece de derechohabiencia a otros servicios de seguridad social, en el Centro Ambulatorio Para la Prevención y Atención al SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits), situado al interior del Hospital General del Sur, en Puebla capital.
Del mismo modo, sostuvo que los Servicios de Atención Integral Hospitalaria (SAIH) en Tehuacán, ya cuentan con disponibilidad del fármaco.
“Comentarte que ya los profilácticos, el PrEP y el PEP ya los estamos brindando en los CAPASITS y en los SAIH que tenemos en Tehuacán y en la Mixteca”, respondió a un cuestionamiento hecho por El Sol de Puebla.
Pese a ello, no abundó en los procesos o formas para que la población que así lo requiera, pueda acceder a ambos tratamientos. En consecuencia, posterior a la intervención del secretario, esta casa editorial pidió a la unidad de Comunicación Social de la dependencia ampliar los detalles sobre la impartición de este servicio, no obstante, hasta el momento no se ha brindado respuesta alguna.
¿Qué son los tratamientos PrEP y PEP?
Tal como dio a conocer este diario en meses anteriores, dichos fármacos brindan una protección virológica con hasta el 99 por ciento de efectividad. El problema es que aún cuando la defensa inmunológica es alta, los servicios de salud pública en México restringen su uso para las poblaciones que tienen prácticas sexuales de riesgo y en cuyos casos el uso de condón no siempre es negociable.
Su utilización depende del contexto de cada paciente. En el caso del PrEP, éste sirve como preparación a la práctica riesgosa, es decir, quien se somete a él, alista su organismo para evitar la posible transmisión del VIH.
De acuerdo con especialistas, para garantizar su efectividad, la toma de estas cápsulas debe hacerse diariamente por un mes antes del evento de cuidado, sin embargo, esto no sustituye los preservativos físicos, pues no evita el riesgo de contraer otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Es por ello que, en todos los casos, el tratamiento debe ser acompañado y recetado por especialistas.
Por su parte, en el caso del PEP, la ingesta se hace una vez que culminó el evento de peligro, es decir, cuando las sospechas de haber intercambiado fluidos con alguna persona seropositiva, cuyo estatus sea detectable –que no siga un tratamiento de VIH–, son altas. Pese a ello, en estos casos, la atención debe recibirse antes de que se cumplan 72 horas posteriores al suceso.
Es importante mencionar que, estos medicamentos se han empleado desde hace años en situaciones muy específicas como son violaciones o accidentes de trabajo, en el caso del personal que maneja sustancias contaminadas, para así evitar posibles transmisiones del virus; sin embargo, la pugna actual de colectivos y activistas de derechos humanos, es que el Estado debe proteger también a la población que se encuentra en condiciones de riesgo.
Particularmente, los grupos más vulnerables son quienes pertenecen a la diversidad sexual, así como trabajadoras y trabajadores sexuales, entre otros.
En palabras de Indiana Torres Escobar, fundadora del Capasits, quien brindó en meses pasados una entrevista a este diario, “la no progresión del PrEP [y PEP] (...) se debe a los prejuicios hacia estos grupos”; asimismo, se pronunció a favor de incluir ambos servicios en las estrategias de salud pública: “Todo lo que tengamos que hacer de prevención hay que hacerlo. La discriminación no ayuda en ningún caso”.
Por último, vale la pena recordar que, además de Salud Puebla, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuenta también con el servicio de PrEP a la población que requiere su uso. Sin embargo, es importante resaltar que, según Torres Escobar, no todos los organismos pueden someterse a estos tratamientos, pues hay varios factores que determinan la viabilidad de los mismos. Por esa razón, es importante acudir al CAPASITS, en Puebla, o al SAIH, en Tehuacán, para recibir atención especializada.