En amenaza de una fuga de gas o explosión por combustibles están al menos 52 colonias, algunas de ellas colindantes a cinco juntas auxiliares de la ciudad de Puebla que circunscriben con ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Los focos rojos están marcados en las juntas auxiliares de San Jerónimo Caleras, San Sebastián de Aparicio, Santa María Xonacatepec, San Pablo Xochimehuacán y un pequeña parte de la Resurrección, de acuerdo a datos del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) del Ayuntamiento de Puebla. La página de transparencia reporta que en estos puntos existe una población promedio de 226 mil 60 habitantes.
En medio de letreros amarillos con la leyenda “DUCTOS. NO CABAR. NO CONSTRUIR” las familias conviven en inmuebles que fueron construidos hace más de 40 años en colonias como Lomas de Coyopotrero, San Miguel, 16 de Septiembre o la Unidad Habitacional Villa Frontera.
Las historias sobre la adquisición de su patrimonio son reincidentes: venta de casas de interés social a accesibles pagos, terrenos a precios bajos, además de exhibiciones de viviendas en maquetas con aspiraciones a tener un lugar seguro y con hasta áreas verdes para sus hijos. Todas con rutas de evacuación con baches o sin pavimentar.
En la zona de riesgo los vecinos tienen miedo no solo de una posible explosión ocasionada por los ladrones de gas y gasolina que han incrementado la toma clandestina en los ductos, sino también de las balaceras.
Pidiéndose cambiar el nombre, los vecinos relataron a El Sol de Puebla los conflictos que se han generado desde que llegó, hace tres años, el robo de combustible a sus colonias.
VIVIMOS EN UNA BOMBA DE TIEMPO
GASO. Gasolinera en la colonia Villa de Marquésa a la que en 2012, se le atrubuyo una fuga de gasolina.
“Desde el día de la fuga nosotros estamos en una bomba de tiempo”, manifiesta preocupado Jorge Antonio Pérez, quien lleva 30 años habitando en la Colonia Villa del Marqués, justo atrás de la fuga de gas que se registró el 12 de septiembre en el norte de la capital.
“Nos pintaron en una maqueta una casa muy bonita, con áreas verdes; la adquirimos legalmente con crédito Infonavit. Hay otras con crédito hipotecario. Después de que la compramos vimos la zona de riesgo y que no está municipalizada. Blanca Alcalá prometió pero no nos ayudó como presidenta municipal, hasta por ella le dejamos de ir al PRI”, dijo.
Él guarda un documento de 2012 en el que notificó al Ayuntamiento vía Armando Macip, en ese entonces jefe de Departamento de Enlace y Colonias de Gobernación, sobre una fuga de gas a las 4 de la tarde que los puso en riesgo, cuyo hecho lo relacionaron con la gasolinera que está a unos metros de su casa.
Tiene, además, otro oficio que exhibe que Lauro Sánchez López, quien era síndico municipal con Enrique Doger, dio la autorización “de uso de suelo” para la construcción de una escuela muy cercana una barranca, otro punto vulnerable.
HABITARON POR CORRUPCIÓN DE GOBIERNO
Francisco Balbuena, uno de los fundadores de la Unidad Habitacional de Villa Frontera, informó que en 1992, tres años después de que llegó a vivir ahí, se enteró que había alrededor ductos de Pemex y aunque estaba prohibido construir casas, la corrupción hizo que creciera la mancha urbana.
“Después de que llegamos aquí, en 1992, nos mostraron los planos y vimos que sobre el camino a Tlaltepango estaban los ductos de Pemex y en el Camino a Jorge Murad justo en esa colonia estaba prohibido construir, pero ya sabe, desgraciadamente la corrupción del gobierno permitió a la gente estar ahí”, señaló.
Recordó que antes todo era sembradíos de semillas y frutos, había seguridad, las calles estaban limpias y tenían prohibido la instalación de ambulantes.
Hace unos días el alcalde de la capital, Luis Banck Serrato, informó que en total 60 mil personas de dicha zona de la ciudad de Puebla se encuentran en riesgo por vivir a los alrededores de los ductos de Pemex, de los cuales 12 mil son los colonos de Villa Frontera. Asimismo, dijo que hay puntos de la capital por donde pasan las tuberías y que no representan riesgos para los habitantes, aunque no los especificó.
Por su parte, los habitantes de la colonia 20 de Noviembre también dicen que este problema es por omisión de las autoridades, en particular de los nietos de Bernardo Castillo Cristóbal, uno de los grandes jugadores amateurs de beisbol, ganador de tres torneos, que se daban cita en las canchas, las cuales eran un terreno de lo que ahora es el Hospital General del Norte y muy cerca de la entonces estación del tren.
“El gobierno es quien está detrás de todo esto, ¿cómo dieron permisos para la construcción del hospital y la escuela? Hasta 1968 esto era un lugar de bares, cantinas y de zona de tolerancia a la prostitución. Luego empezaron con casas tipo Infonavit que se dieron a los ferrocarrileros, entre otros trabajadores, todo eso sabiendo que era zona de riesgo”, dijo un vecino anónimo.
En la colonia 16 de Septiembre Sara García, que vive a unos metros de la señalética de ductos, recuerda que esta pasó 30 años como colonia irregular hasta que en el gobierno de Rafael Cañedo Benítez (1993-1996) se le otorgaron todos los servicios.
“El terreno es herencia de mi padre, nosotros somos originarios de Oriental y ahora con eso de las fugas estamos preocupados, pues aquí vivimos muchas personas de la tercera edad”, agregó.
DESDE EL “HUACHITUNEL” LOS DEJARON SIN AGUA
Un mes sin agua llevan los vecinos de la colonia de San Pablo Xochimehuacán desde que fue hallado “un huachitunel”. Los ladrones de combustible se conectaron a los ductos de la paraestatal por debajo de la calle Gasoducto para robar el combustible y fue encontrado por las autoridades hasta el 17 de agosto.
“Llegaron las autoridades a abrir la toma clandestina y rompieron la tubería de agua. No tenemos servicio desde hace dos meses y medio, tenemos que pagar pipas, que nos cuestan 380 pesos. Un día salió de la llave agua con lodo. Aquí ya es muy común una toma, es ahí por donde está el altar de diosito”, relató Jaime Cortés.
HAY MIEDO A LOS HUACHICOLEROS
Catalina Mendoza ya no puede dormir tranquila, el sonido nocturno de las metralletas la inquieta e, inconforme, dice que no puede hacer nada por impedir que se den tomas ilegales de los hidrocarburos en el terreno que compró a bajo costo hace 30 años.
“Cuando nosotros compramos el terrenos nos dejaron claro en qué lugar no se puede construir. No todos hacen caso. Mi casa está en la zona fuera de riesgo. ¿Que si tenemos miedo? Pues sí, más por los huachicoleros, que los tenemos cerca, sacan la gasolina el gas, pero no podemos hacer nada”, afirma, mientras por la calle principal de Las Flores pasan continuamente cuatro sospechosas pipa de gas.
ESTAMOS EN EL TIRADERO DE CADÁVERES
A Karina Trujillo no se le borra la imagen de la pareja que fue hallada muerta a balazos y abandonada en las inmediaciones de un terreno de la colonia Lomas de Coyopotero el pasado 15 de mayo.
“Los terrenos de aquí ya son los tiraderos de cadáveres”, dice y agrega que el robo a ductos de Pemex empezó ahí desde una inspección de los trabajadores: “la primera vez llegó su gente, seguidito empezaron a robar: a cada rato destapan, es el gobierno y los huachicoleros; nos tenemos que aguantar”.
Hace 30 años un amigo le vendió su terreno para construir su casa, ya que venían de la ciudad de México y no tenían dónde habitar: “Venimos por acá, nos engañaron, y por la necesidad compramos el terreno con los ojos cerrados, nos arrepentimos. ¿Ahora qué le vamos hacer y a dónde nos vamos a ir si ni dinero tenemos?”, finalizó.