Ser docente requiere -además de preparación- paciencia, amor y vocación, al menos así lo refiere Oscar Domínguez, quien lleva más de 20 años en la docencia, tiempo en el que ha vivido buenas experiencias junto a sus alumnos, pero reconoce que, durante esta migración a las clases virtuales ha tenido que sacrificar tiempo con su familia y su hijo pues esta nueva modalidad ahora demanda más atención a sus estudiantes.
Actualmente, Oscar da clases en nivel secundaria y bachillerato. Para él, ser maestro es un gran mérito porque representa “un orgullo el poder ayudar a los chicos, sobre todo en estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo. Además, siento que desde un principio esta era mi vocación, ayudar a los chicos en su formación”, compartió.
Comentó que separar su vida labora y personal ha sido un tanto complicado durante este confinamiento, debido a que sus alumnos demandan más atención de su parte debido a las dudas que constantemente surgen, hecho que a su vez, ha provocado el tener que sacrificar tiempo con su pequeño hijo, quien también requiere de él.
“Es difícil. Esta modalidad demanda más horas para mí, casi más de 14 horas, porque tenemos que dar clases, calificar, despejar dudas y a veces tenemos que sacrificar un poco a la familia. En mi caso, tengo un hijo pequeño y también demanda tiempo, pero hay maestros que estamos trabajando tres veces más de lo normal”, indicó.
Oscar sabe que sus alumnos lo necesitan más que nunca para poder avanzar y alcanzar los aprendizajes esperados. Si bien, no todos cuentan con acceso a internet y plataformas digitales, está buscando la manera de que de una u otra vía puedan dar continuidad a los temas.
“Hay maestros que van a la escuela y pegan las tareas en las bardas. Sé de algunas escuelas que dejan abierta la red para que los alumnos puedan enviar sus tareas. No todos mis alumnos tienen los medios para hacerlo, pero yo hago uso de las herramientas que están al alcance, como Classroom, Facebook, Skype, WhatsApp”, mencionó.
Reconoció que esta es la primera vez que le toca dar clases a distancia, pero esta experiencia le ha servido para dominar nuevas plataformas de estudio que en próximos ciclos escolares podría aplicar.
“En general ha sido muy interesante aprender y dar clases a distancia, no es fácil porque a veces hay barreras con los alumnos ya que no todos cuentan con los medios, pero, en la medida de lo posible hemos avanzado. La dedicación e interés que demuestran los alumnos me motivan a seguir con esta vocación”, finalizó.