A pesar de que la jornada de vacunación ha comenzado en diversas partes del país y del estado, inocular a los docentes para poder retomar las clases presenciales parece no ser la mejor opción en estos momentos, informó Fernando Durán Márquez, catedrático de la maestría en Liderazgo y Gestión Educativa de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Esto luego de señalar que haber recibido la dosis no es sinónimo de dejar de ser un portador y difusor del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, y a pesar de que estudios demuestren que la escuela puede no ser un foco de infección en tiempos de pandemia.
“Las vacunas sin duda, son un elemento importante que generan una mayor certidumbre, que protejan a las personas que lo tienen, pero ya lo sabemos todos, una persona inoculada no necesariamente deja de transmitir la enfermedad”, dijo.
En esta misma línea, Durán Márquez recordó que Italia ha tenido que volver al confinamiento pues, aunque logró disminuir sus contagios, la reanudación de actividades los repuntó gravemente, por lo que insistió en que, de volver, no tendría que ser como en años pasados, sino de manera gradual, o de lo contrario habría serios problemas que pondrían en riesgo las familias de quienes integran la escuela.
Por su parte, el doctor Juan Martín López, decano de Artes y Humanidades de la misma casa de estudios opinó que la apertura de espacios educativos debe verse más allá que sólo de manera local, ya que habrá comunidades que colinden, que no tengan el mismo semáforo epidemiológico y que la movilidad derive en complicaciones.
“No estamos pensando más bien de manera más micro, más desagregada, porque (…) puede haber zonas colindantes de dos estados, uno que esté en verde y uno en naranja que tengan comunidades pequeñas en donde ya hubiera condiciones (…) y cuando abramos las escuelas otra vez el tráfico, la concentración de gente en el transporte público que eso incremente el riesgo de los contagios”, aseguró.
Por tales motivos, sugirió que lo viable sería que se comenzara con comunidades pequeñas en las que no sea necesario el uso de un medio de transporte y posteriormente, y si las condiciones lo permiten, continuar con las grandes ciudades.
En su intervención, el catedrático José Julio Allende Hernández agregó que además de que docentes y alumnos se estén preparando o deseen regresar al aula, también se debe tener certeza de que la infraestructura es segura y adecuada o si cuenta con los insumos necesarios para poder albergar nuevamente a su comunidad.
“El elemento clave es el agua y máxime en esta condición de la pandemia, y en muchas escuelas se compra el agua, se tiene que adquirir agua, se cancela o se agota el agua en una jornada habitual de la comunidad escolar, entonces creo que la reflexión también iría en ese sentido a la autoridad, que garanticemos que la infraestructura tenga esas condiciones básicas”, finalizó.