En la última semana, el precio del chayote se disparó a cifras nunca antes vistas y lo que solía costar entre 20 a 25 pesos por kilo, ahora oscila entre los 60 a 70 pesos, es decir, un alza del 250 por ciento. Este incremento repentino sorprendió a consumidores y vendedores por igual.
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Los vendedores argumentaron que la falta de lluvias afectó severamente los cultivos de chayote, provocando una escasez del producto en el mercado. Además, el poco chayote que ha logrado salir a la venta, se caracteriza por tener un tamaño reducido, lo que agrava la situación y contribuye al aumento desproporcionado en su precio.
El Sol de Puebla realizó un recorrido por mercados de la capital poblana, enfocándose en los ubicados al Sur de la Ciudad, en el centro y al Norte de la capital. Todos los vendedores coincidieron que la situación está complicada, que muy pocas personas compran el producto por kilos, sino que se llevan por piezas y que los compradores están muy enojados por esta alza.
Vendedores preocupados y clientela molesta
El primer lugar al que acudió este medio fue el Mercado Zapata ubicado al Sur de la Ciudad de Puebla, en este espacio comercial se entrevistó a los encargados del negocio “Familia Quinto”, quienes compartieron que desde este 3 de junio el precio del chayote por kilo está en 55 pesos, pero que los productores les advirtieron que podría llegar hasta los 60 pesos.
Esta cifra es preocupante debido que semanas anteriores el kilo costaba 25 pesos y cuando les preguntaron a los productores los motivos por los cuales subió alrededor de 30 pesos, respondieron que la falta de lluvias puede afectar la producción de hortalizas.
En primer lugar, las hortalizas necesitan agua para crecer y desarrollarse adecuadamente, si no llueve lo suficiente, las plantas pueden marchitarse y no producir la cantidad esperada de cosecha. Además, la falta de agua puede aumentar la incidencia de plagas y enfermedades en los cultivos, lo que también puede disminuir la producción.
Gerardo Coyomatli vende el kilo de chayote en 60 pesos, en días pasados lo comercializaba en 40 pesos y en meses anteriores en 20 pesos. Fue subiendo poco a poco, pero nunca creyó que un producto que solía ser históricamente económico, alcanzara estos precios.
Al preguntar en el Mercado Hidalgo, la vendedora Yadira Pérez confirmó que el aumento ha sido un gran golpe, tanto para la economía de su negocio, como de sus compradores. Ella solía vender el kilo de chayotes entre los 9 y 10 pesos, pero ahora lo está vendiendo en 55 pesos. Sus clientes al enterarse del precio, optan por no comprar y deciden sólo llevarse una pieza.
David Ramos compartió que solía vender el chayote en años atrás a 12 pesos, subió a 16 y a inicios de este año estaba en 18 o 20 pesos, pero en esta última semana, está entre 50 y 60 pesos el kilo. El argumento que le dan los productores que no llueve y que el chayote necesita mucha agua para sobrevivir. Sus clientes sólo se llevan por piezas, que cuestan aproximadamente 9 o 10 pesos.
Germán Maldonado consideró que el chayote es uno de los productos que más ha escaseado en últimas temporadas, incluso, teme que en algún momento llegue a desaparecer. A inicios de año lo vendía en 20 pesos, luego lo subió a 30 pesos y ahora lo comercializa en 55 pesos. No sabe si en lo que resta del año bajará.
Eloyd Chilchoa era otro de los comerciantes que daba muy barato el chayote, en 12 pesos el kilo, pero ahora lo vende en 55 pesos. La caja con 25 piezas le costaba a inicio de año en 200 pesos y esta última semana la pudo adquirir en mil pesos. En suma, el producto viene más pequeño, esto último también por la falta de agua en la tierra.
En los comercios de la zona centro de Puebla es la misma situación. María Paula García está vendiendo el kilo de chayote en 40 pesos. Ella invitó a la población a seguir consumiéndolo, ya que eso ayudará a la economía del campo. Explicó que el chayote es un alimento altamente nutritivo y versátil en la cocina.
Entre sus beneficios se encuentran su bajo contenido calórico, su aporte de fibra y vitaminas, así como su capacidad para regular el tránsito intestinal y mejorar la digestión. Es un ingrediente popular en la gastronomía mexicana, utilizado en una variedad de platillos que van desde guisos hasta ensaladas.
En México, el chayote es consumido en diversos estados, destacando principalmente su presencia en zonas como Veracruz, Puebla, Oaxaca, Michoacán y Guerrero. Estos estados son reconocidos por su tradición culinaria y por la incorporación del chayote en sus recetas típicas, lo que ha contribuido a su popularidad y demanda en el mercado nacional.
Ante esta situación, los consumidores y vendedores esperan con ansias que las condiciones climáticas mejoren, permitiendo la recuperación de los cultivos de chayote y la estabilización de su precio en el mercado.
A la par del chayote, el cilantro va en aumento
Esta casa editorial percibió que no sólo el chayote está en aumento, pues mientras se entrevistaba a los compradores, ellos informaron que el cilantro se encuentra en la misma situación. Por ejemplo, Rosalinda López, compartió que el manojo de cilantro pasó de 5 pesos a 30 pesos y el ramito de espinacas de 15 a 25.
Ana María González indicó que el rollo solía costar entre los 40 y 50 pesos, pero ahora se lo venden en 500 pesos. Sus clientes se quejan, pero les explica que ella no puede hacer nada y que todo se debe al cambio climático. El ramito lo está vendiendo en 20 pesos.
Eloyd Chilchoa que brindó datos del chayote, también vende cilantro y el manojo que solía vender en 5 pesos, ahora está en 12 pesos. Su rollo se lo solían ofrecer en 70 pesos, directamente con los productores, sin intermediarios, sin embargo, ahora está en 450 pesos.
Los vendedores explicaron que cuando la producción de hortalizas se ve afectada por la falta de lluvias, la oferta de estos productos en el mercado disminuye. Como resultado, los precios tienden a aumentar debido a la menor disponibilidad de hortalizas. Agregaron que, los agricultores están optando por invertir en sistemas de riego adicionales para compensar la falta de lluvias, lo que aumenta los costos de producción y, por lo tanto, los precios finales de los productos.