Dolor de cuerpo, ojos y piel amarilla, fatiga y aletargamiento, son algunos de los síntomas que indican que una persona tiene hepatitis C, sin embargo, al principio esta es una enfermedad silenciosa y son propensos a desarrollarla aquellos que antes de 1995 se sometieron a una trasfusión de sangre o se hicieron algún tatuaje, alertó Heberto Arboleya Casanova, presidente de la Asociación Mexicana de Hospitales A.C.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se propuso que para 2030 se haya erradicado el 90 por ciento de los casos nuevos de hepatitis C, toda vez que ya se cuentan con los tratamientos médicos a través de los cuales en 12 semanas un paciente puede estar completamente curado.
El 23 de agosto se llevó a cabo en Puebla el primer foro denominado “Visión integral y trabajo colaborativo para la mejora del acceso al tratamiento”, en el cual expertos de todo el país se reunieron para abordar los retos que todavía tiene la medicina para la atención de este padecimiento.
En entrevista telefónica dio a conocer que en México hay entre 400 mil y 600 mil personas con esta enfermedad y enfatizó que se trata de una enfermedad curable, aunque lamentó que cada año se diagnostican entre 15 mil y 20 mil casos nuevos.
“Es una enfermedad silenciosa que generalmente no presenta síntomas pero que causa inflamación y daño al hígado con consecuencias fatales si no se diagnostica y trata oportunamente”, dijo.
El especialista dio a conocer que en la mayoría de las ocasiones la hepatitis C no da síntomas aunque lo más común es que la persona desarrolle un cuadro gripal y suele afectar más al género masculino, asimismo, refirió que el diagnóstico suele realizarse a partir de los 50 años de edad.
“Un diagnóstico y tratamiento oportunos reducen significativamente el riesgo de complicaciones relacionadas con el virus C, como es la cirrosis hepática y el cáncer de hígado. Debemos apostar por estrategias que busquen la simplificación del modelo de atención y el tratamiento oportuno, para que más pacientes tengan acceso a la cura”, expresó.
Señaló que con los nuevos tratamientos una vez que el paciente comienza a recibir la atención con una dosis oral es posible que se cure hasta en un 97 por ciento entre ocho y 12 semanas.
Dijo que las principales formas de contagio son a través de transfusiones de sangre y tatuajes con métodos insalubres y especialmente el riesgo aumenta.