El neonato del Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), La Margarita no fue entregado a su madre al momento de su nacimiento; aunque ella asegura haber escuchado que las doctoras aseguraron que su hijo se encontraba con vida.
Santiago, padre del bebé prematuro que fue enviado a la cámara mortuoria del Hospital de La Margarita cuando aún tenía signos vitales expresó en entrevista con El Sol de Puebla que los médicos de la clínica del IMSS no le avisaron del nacimiento de su hijo.
Dos horas después del nacimiento, fue la trabajadora social la que le comentó a Santiago que su hijo había nacido sin vida, por lo que pidió que buscara una funeraria para enterrar al bebé. Así, pasaron seis horas hasta que el joven pudo ver a su hijo.
El padre del niño, relató que sólo entró a la cámara mortuoria del hospital para guiar al personal de la funeraria y cuando la servidora social le preguntó si quería ver a su hijo para despedirse, que se percataron que aún tenía signos vitales.
Finalmente, comentó que su esposa fue dada de alta del hospital este sábado sin complicaciones, pero su hijo continúa en terapia intensiva del Hospital de La Margarita, por lo que esperarán a que pasen 72 horas para saber el progreso del bebé.
Por otra parte, el médico especialista en pediatría de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), José
Antonio Becerra Gómez recordó que las cámaras mortuorias no tienen un sistema de refrigeración que pudiera ayudarle al recién nacido a inducirle una terapia de hipotermia; pero la manta en la que envuelven los cuerpos pudo ser el factor para que el bebé se mantuviera con vida.
Comentó que es “imposible” equivocarse en el dictamen médico que certifica la muerte, pues los signos vitales del recién nacido no pudieron regresar repentinamente. “No pudo regresar a la vida”, explicó el doctor.
Agregó que los médicos especialistas que asisten a los recién nacidos deben de pasar por varias certificaciones y capacitaciones para atender los partos correctamente, de forma que resulta muy improbable que los médicos se hayan equivocado en el dictamen.