A pesar de la contingencia sanitaria del Covid-19, familias de la región de Texmelucan continúan preservando la tradición de elaborar pan previo a la celebración de Todos Santos, las cuales llegan a gastar de 500 a mil 500 pesos para hornear de 200 a 400 piezas, misma que serán colocadas en las ofrendas, compartir con las familias, amigos o vecinos, pero también deja evidenciado que muchos han cambiado el horno tradicional de leña y utilizar el de gas.
Y es que días previos al 28 de octubre, las familias se reúnen para organizarse, cooperar y adquirir los productos, como es la harina de trigo, levadura, manteca, azúcar, huevo, guayaba, naranja, polvo para hornear, nuez, pasa, grajea, mantequilla y canela.
Los adultos participan en la preparación de la masa y junto con los menores de edad en la elaboración de la hojaldras, conejos o figuras alusivas a los muertos, después son colocadas en charolas metálicas, donde son adornadas con ajonjolí o grajea, son metidas al horno artesanal de leña y otros en hornos modernos de gas, entre 10 a 15 minutos, para sacarlas y ver que el pan ya esté listo, se enfría en las mesas y más tarde se colocan en canastas o chiquihuites para guardarlos.
Ante esta tradición de temporada de muertos, hay historias familiares como la de la Señora Lourdes Moreno, a quien, su papá le contaba que hace 30 años en la casa de su mamá había un horno artesanal, se reunían los hermanos con sus respectivas familias para elaborar el pan, que era colocado en la ofrenda o para ser compartido con vecinos o amigos. Después él optó por construir un horno en su casa, allí, con su familia continuó con la tradición, con el paso de los años una de sus hijas le pidió que le construyera un horno en su terreno, donde de igual manera elaboran pan.
Otra de las historias, es la de don Rubén Gonzales, quien junto con sus hermanos continúa la tradición de elaborar pan, pero al no contar con un horno en casa, optan por realizar la masa y preparar las charolas con pan de diversas figuras alusivas a Todos Santos, después acuden a la panadería –donde previamente ya hablaron- para que les horneen el pan y llevárselos en cajas de cartón a su hogar.
Cabe mencionar que esta tradición aún se pueden observar en familias de las comunidades de los municipios de Tlahuapan, Tlalancaleca, El Verde, Teotlalcingo,Chiautzingo y en Texmelcua y Huejotzingo es donde se ha ido perdiendo elaborar el pan de temporada de muertos, porque la mayoría de personas prefieren solo adquirirlo en las panaderías o mandarlo hacer en las mismas tiendas.
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