El deseo de modernizar la Iglesia de Santiago Apóstol en la junta auxiliar de Santiago Yancuitlalpan de Cuetzalan está acabando con tradiciones como la Danza de los Voladores y eliminando elementos constructivos valiosos para la comunidad, como una viga de más de 150 años de antigüedad con una inscripción religiosa.
Filiberto Mora López y Margarita Muñoz Coatl, una pareja de la comunidad, denunciaron que desde hace dos años el sacerdote Armando Romero Hernández, quien fue reasignado de una iglesia de la colonia La Paz en Puebla capital a Santiago Yancuitlalpan, decidió hacer remodelación del templo, costeadas por los pobladores, pero también cambios en las festividades, ignorando los usos, costumbres y cultura de Cuetzalan.
Lo primero que hizo, explicó don Filiberto, fue retirar el palo con el que se realizaba la típica Danza de los Voladores y tapando definitivamente el hueco en el que se instalaba, de modo que desde 2016 impidió la celebración de esta tradicional ceremonia.
Agregó que como sustitución el padre Romero Hernández hizo colocar una cruz forjada a unos tres metros de distancia de donde se encontraba el palo para la Danza de los Voladores, “como si estuviéramos en tiempos de la conquista”, reclamó.
También, acusó, el padre obstruyó la realización de otras danzas que se ejecutaban en el atrio, pues ha ocupado el lugar para las ceremonias religiosas y contratado mariachis, a los que hace tocar para impedir los bailes tradicionales.
Y hace unos meses, continuó doña Margarita, por instrucción del mismo sacerdote se procedió a la sustitución del piso del altar mayor por mármol, una tarea que aunque el padre Romero Hernández fue removido, el presbítero Arturo, quien lo sustituyó, ordenó que continuara por todo el templo.
Además, señaló, que el padre Romero Hernández decidió borrar una pintura hecha por un artista oaxaqueño en la década de los 60 y remover una viga que data del año 1857.