Cuetzalan.- Con hermetismo manejan la muerte de un bebé aparentemente luego de que en un nosocomio hicieron esperar por dos días a la madre, una joven indígena de 16 años.
Versiones apuntan que al momento del arribo y tras el primer contacto con el médico, el bebé ya estaba muerto pero las carencias se agudizaron debido a la emergencia por el Covid-19.
Se sabe que la madre del menor tenía nueve meses de embarazo e ingresó con malestares, por lo que tras el parto, los médicos confirmaron que el producto nació sin vida.
Acusan que dos días antes del alumbramiento, el chequeo general había anticipado que todo transcurría en orden e incluso al momento del arribo de la mujer al hospital había movimientos del bebé en el vientre.
Tras esta revisión confirmaron a la joven que aún faltaba una semana para que diera luz, por lo que la enviaron de vuelta a su hogar; dos días después comenzó a sentir malestar, regresó al hospital donde confirmaron que el bebé nació muerto.
Por su parte, fuentes al interior del hospital explicaron que cuando llegó la joven indígena de 16 años, el bebé ya estaba muerto y que de acuerdo con sus registros, la paciente sólo visitó el nosocomio el pasado 28 de mayo.
Según la fuente consultada no se le hizo esperar y el día de los hechos sí se encontraba presente un ginecólogo, mismo que de inmediato le brindó la atención.
Además añadió que el pasado 28 de mayo la paciente se presentó en el hospital, pero no se encontraba en labor de parto, por lo que le indicaron que acudiera al día siguiente a su Centro de Salud.
Fue el pasado 2 de junio que llegó de nueva cuenta al hospital pero el bebé ya no tenía movimientos, aunque se desconoce si la chica acudió al Centro de Salud como le fue indicado.
El entrevistado reconoció que existen carencias debido a la contingencia sanitaria por el Covid-19, como la falta de ultrasonido o el caso de que de los tres ginecólogos con los se cuenta de los cuales sólo uno está en funciones mientras dos descansan.