Cerca de mil productores de plátano del municipio de Hueytamalco, resultaron afectados por las fuertes lluvias y rachas de viento registradas la semana pasada en la Sierra Nororiental de Puebla, mismas que causaron daños en una superficie aproximada de entre 600 y 800 hectáreas.
Lo anterior, fue confirmado por Magdalena Ríos Castelán, delegada de desarrollo rural, al reportar los efectos del Frente Frío número 4 en dichos cultivos, de los cuales, si bien la superficie ha sido cuantificada, ésta podría ir en aumento ya que no todos los productores se han acercado para dar a conocer su situación.
Al momento, dijo que se encuentran a la espera del arribo de personal de la Dirección de Siniestros de la misma dependencia, quienes serán los encargados de verificar los daños reales, para de esta forma emprender un proceso con lo cual los productores reciban algún tipo de apoyo a fin de subsanar sus pérdidas, ello al tratarse de plantaciones frágiles que cedieron ante las ráfagas.
La funcionaria señaló que al momento autoridades municipales y personal de la delegación, se encuentran llevando a cabo recorridos por las zonas afectadas, a fin de hacer una valoración, así como un reporte fotográfico y de evidencias, el cual será presentado ante la SDR que emprendería las acciones correspondientes.
En este sentido, Ríos Castelán dijo que de concretarse el beneficio el gobierno del estado estaría otorgando un recurso para solventar estas pérdidas, en los que se tendrá que llevar a cabo una asamblea en la cual se determinará la manera y el porcentaje en el que serán beneficiados o número de hectáreas por cada productor, lo cual dependerá del recurso asignado.
Y es que, ante dichas peticiones, los productores deberán permanecer en espera, hasta en tanto se haya llevado a cabo el procedimiento correspondiente, enfatizando que deberá ser en un primer momento cuando lo daños sean valorados por el personal, para en lo posterior se pueda emprender el trámite por pérdidas en sus cultivos.
Ante ello, explicó que se trata de fenómenos naturales que son impredecibles y en los que no existe prevención alguna, ya que los cultivos se encuentran a campo abierto y por tanto vulnerables, motivo por el que tan solo queda estar al pendiente de la forma en la que se sigan presentando las lluvias.