HUAUCHINANGO, Pue.- Don Cornelio Lazcano Montiel cumplirá 65años en septiembre, pero su nieto, Agustín Alejandro RamírezLazcano, ya no pudo festejar sus 16 años el próximo 28 de agosto,pues murió entre los escombros en el camino a Cuacuila en un aludocurrido la noche del pasado sábado por las intensas lluvias yaún están desaparecidos sus dos hijos.
Agustín Alejandro Ramírez Lazcano cumpliría años en estemes, tenía planeado un mole de guajolote para comérselo con susamigos, así se lo había pedido a don Cornelio Lazcano, a quien leayudaba en un pequeño local comercial, en donde vende vidrios yotros materiales sobre la calle Matamoros de Huauchinango.
Alrededor de las 22:00 horas del pasado sábado, cuando la
Una parte del bordo se deslizó, junto con árboles, tierra yrocas, tapando por completo el camino y algunas viviendas, ademásde los transeúntes, entre ellos a don Cornelio Lazcano y su nietaAlicia de tres años, su nieto de 15 años Agustín AlejandroRamírez Lazcano y sus hijos,
Alicia, “Lichita” como le llama de cariño, fue rescatada elpasado domingo por un vecino de la colonia La Cumbre de nombreSalvador Cruz, originario de la comunidad de Tzitzicazapa,municipio de Tlaola, quien visitó a la niña este miércoles porla mañana para llevarle un poco de leche y otros artículos hastael local comercial de don Cornelio.
En cambio, de su nieto Agustín Alejandro Ramírez Lazcano sólorescataron su cuerpo sin vida el pasado lunes y “ya le dimoscristiana sepultura”, dijo con dolor en sus palabras.
Señaló que de sus familiares que iban con él la nochelluviosa, permanecen en calidad de desaparecidos, sus dos hijos,Joaquín, papá de “Lichita” y su hija Itzel Lazcano Leyva; deambos, un tercer hijo que se llama igual que don Cornelio Lazcano,le dijo a su papá que a sus hermanos ya los buscaron en el lugardonde habrían quedado sepultados, pero no los encuentran. Estoporque Cornelio Lazcano Leyva está coordinando las labores debúsqueda de sus familiares.
“ME SIENTO DESTROZADO POR TODOS LADOS”
Don Cornelio Lazcano dijo que al ir caminando, el día de sudesgracia, escuchó cómo tronó algo en el bordó y rápidamentese vinieron abajo los escombros; él quedó sepultado al igual quesus acompañantes, pero a diferencia de ellos, don Cornelio quedócon la cabeza afuera de la tierra, por lo que pudo respirar yreaccionar para su salida del lodo.
Se apoyó de unas ramas que quedaron cerca de él, al sacar susbrazos se arrastró tomándose de una rama cerca y pudo salir,resultando solamente con un golpe en la cabeza que le causó unaherida y ahora la trae vendada y por debajo de esa tela se puedenapreciar algunos raspones extras.
El alud le arrebató a sus familiares y su vivienda, ahora serefugia en su local comercial y se niega a irse a un albergueporque “yo acá pago renta, acá me viene a ver mi hijo y una demis hermanas de México, ¿a dónde más puedo ir? Me quedé sinnada”.
Don Cornelio, al terminar de compartir su experiencia recomendóa quienes están cerca de las personas necesitadas a no lucrar conla necesidad, “si les llevan algo para la gente, ¡dénselo!, nose queden con eso. Qué todo llegue completo”, culminó