La reciente implementación de la Planta Tratadora de Aguas Residuales (PTAR) en el rastro municipal de Tehuacán representa un avance significativo hacia la modernización de este centro, con la promesa de lograr ahorros de agua de hasta un 80 %. Así lo afirmó Miguel Tobón Roldán, administrador del rastro, quien destacó que este proyecto no solo mejorará la eficiencia en el uso del agua, sino que también reducirá considerablemente el impacto ambiental.
Este nuevo sistema supone un cambio drástico en comparación con el antiguo rastro, que consumía aproximadamente cuatro pipas de agua diarias. Con la PTAR, se busca no solo disminuir el consumo de agua, sino también transformar al rastro en un modelo de autosustentabilidad, un ejemplo a seguir para otros sectores que también dependen del agua en sus procesos. Además, la tecnología utilizada en esta planta permitirá que el agua tratada sea reutilizada de manera eficiente, minimizando la dependencia de fuentes externas y reduciendo los costos operativos.
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La reubicación del rastro también ha sido un punto clave en este proceso de modernización. Anteriormente, la ubicación del rastro en el centro de la ciudad generaba múltiples inconvenientes, como el caos vial, los olores desagradables y las dificultades para descargar animales. Con la nueva ubicación y la implementación de la PTAR, se espera que estos problemas disminuyan significativamente, mejorando la calidad de vida de los habitantes de la zona y optimizando las operaciones del rastro.
Uno de los desafíos asociados a la implementación de la PTAR ha sido el costo de mantenimiento. Sin embargo, Jorge Cortés Fortis, encargado de la supervisión del proyecto, indicó que este gasto es manejable, estimado en aproximadamente 35 pesos por metro cúbico de agua tratada. Este costo es relativamente bajo, considerando los beneficios a largo plazo que ofrece la planta en términos de sostenibilidad y reducción de la contaminación. Además, se ha asegurado que la empresa encargada de la instalación, MSG, proporcionará la capacitación necesaria para que el personal del rastro pueda operar la maquinaria de manera eficiente y segura.
Otro aspecto destacado es la durabilidad de la planta. Con un mantenimiento adecuado, se espera que la PTAR funcione sin problemas durante al menos 15 años. Esto no solo asegura una operación continua y eficiente, sino que también refuerza el compromiso del rastro con la protección del medio ambiente y la gestión responsable de los recursos naturales.
Es importante mencionar que la tecnología utilizada en la PTAR fue desarrollada por Eduardo Valdés Rangel, un egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su innovación ha sido clave para que el rastro municipal pueda avanzar hacia un modelo más sustentable y moderno, sirviendo de inspiración para otros proyectos similares en el país.
Para las autoridades, la instalación de la Planta Tratadora de Aguas Residuales en el rastro municipal marca un punto de referencia en la gestión del agua y en la modernización de las instalaciones públicas. Con la capacidad de ahorrar hasta un 80 % del agua utilizada, este proyecto no solo mejora la eficiencia operativa del rastro, sino que también contribuye de manera significativa a la reducción del impacto ambiental.
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La reubicación del rastro, junto con la implementación de esta tecnología, refleja un compromiso con el desarrollo sostenible y con la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Con el apoyo de la tecnología desarrollada por la UNAM y el compromiso de las autoridades, el rastro municipal está en camino de convertirse en un modelo de eficiencia y sustentabilidad para el resto del país.
