Teziutlán, Pue. Más de 40 personas se encuentran enfermas y otras han sido intoxicadas, todas ellas atendidas en clínicas municipales, debido a la contaminación con aguas negras vertidas en las tuberías que suministran agua potable a las zonas de San Cayetano y Los Cipreses, en el municipio de Teziutlán.
Inicialmente, las autoridades municipales reportaron que habían controlado la situación, pero con el paso de los días, se empezó a conocer la verdadera magnitud de los enfermos a causa de la contaminación.
Es importante señalar que la contaminación se originó por la ruptura de un tubo de agua potable que conduce el líquido desde la zona limítrofe de Francia hacia el centro de la ciudad. Este incidente provocó la contaminación con aguas negras y pluviales, resultando en la llegada de aguas sucias y con malos olores a los tanques de agua y grifos de los hogares.
Durante aproximadamente una semana, los habitantes de Los Cipreses y San Cayetano empezaron a reportar problemas de salud, como diarrea, vómitos, dolor abdominal, malestar y fiebre, solicitando urgentemente la intervención de las autoridades. Hasta el martes por la mañana, las autoridades sostenían que el problema estaba resuelto y no había complicaciones.
Sin embargo, ante el elevado número de enfermos atendidos en clínicas municipales, hospitales privados y centros de salud públicos, las autoridades municipales se vieron obligadas a solicitar la intervención de personal de la Jurisdicción Sanitaria 03, con sede en el municipio de Zacapoaxtla, para realizar acciones de saneamiento y brindar atención médica a los afectados.
Miguel Luján Claudio, director de Agua Potable y Alcantarillado, confirmó las afectaciones y admitió que la falta de prevención al informar adecuadamente a la población provocó que consumieran un servicio no potable. Se comprometió a garantizar un servicio totalmente seguro en el futuro.
Efrén Juárez Melgarejo, director de salud municipal, corroboró el gran número de pacientes atendidos en las clínicas de San Diego e Ixticpan, asegurando un seguimiento cercano para identificar los padecimientos. Además, se distribuyeron pastillas de cloro para desinfectar los espacios de almacenamiento en los hogares.
En una reunión en la que estuvieron presentes Alejandro Berra Peregrina, jefe de la Jurisdicción Sanitaria, y Liliana Arroyo García, coordinadora de Vigilancia Epidemiológica, se recomendó mantener un monitoreo de personas ante posibles síntomas como diarrea para prevenir la propagación de la enfermedad.
Las autoridades sanitarias están a la espera de la cifra total de enfermos atendidos en hospitales públicos y privados, incluyendo el caso de un menor internado en el hospital Policlínica. Además, esperan los resultados de las muestras tomadas del agua para determinar su contenido y origen de los malestares.