Tehuacán.– Jóvenes comprometidos con el medio ambiente han encontrado en las colillas de cigarro una manera de convertirlas en libretas u otro tipo de material. Voluntarios recolectan este tipo de desecho en parques, paradas de autobuses o fuera de bares y restaurantes, considerando que se trata de una plaga provocada por quienes tienen este vicio.
En diferentes partes del país, existen organizaciones dedicadas al cuidado ambiental, que se encargan de recoger las colillas, conscientes del daño que causan. En Tehuacán se cuenta con el Grupo Voltos, una organización sin fines de lucro que busca el desarrollo sostenible a través de alianzas clave y voluntariados estratégicos.
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Zaira Hernández, fundadora del grupo, mencionó que desde hace 3 años ha podido comprobar el grado de contaminación que generan las colillas de cigarro, pues un solo filtro llega a acumular sustancias tóxicas, entre ellas cobalto, aluminio, arsénico, níquel, alquitrán, plomo y estroncio. Indicó que una colilla llega a contaminar 50 litros de agua dulce y 30 litros de agua salada.
A través de alianzas estratégicas y voluntades de activistas, grupos de 5 a 30 integrantes se encargan de recolectar colillas en la ciudad. Mediante un mapeo acuden a lugares específicos con cierta periodicidad, llegando a detectar zonas “vírgenes”, es decir, donde nunca se ha hecho la recolección de colillas, logrando recolectar una gran cantidad de ellas.
“En una hora, si nos apuramos con nuestros voluntarios, hemos alcanzado a recolectar hasta kilo y medio de colillas, lo cual es mucho. Un kilo llega a llenar un bote de 10 litros, lo cual es bastante”, señaló.
Mencionó que cada vez que se acude a estos lugares, logran obtener ciertos indicadores que les permiten organizarse para regresar periódicamente. Los lugares dentro de este mapeo incluyen el Parque Juárez, la zona de bancos, el Paseo Hidalgo, las paradas del transporte público ubicadas sobre la Avenida Independencia y la zona de bares en la 1 Norte.
Recientemente, se unió a esta labor social el grupo 2 de Scouts de Tehuacán, jovencitos que crearon un depósito metálico que puede ser adquirido por negocios. Este depósito permite a los fumadores depositar su cigarro y una malla separa el filtro de la ceniza, facilitando la recolección de las colillas por parte de los integrantes de Voltos.
La intención de este grupo de voluntarios es retirar este agente contaminante y lograr que más personas y empresas con conciencia y sensibilidad social se sumen a este proyecto ambiental. Sin embargo, lamentablemente, la empresa procesadora de colillas de cigarro “Cofilter”, ubicada en Guadalajara, ha cerrado sus puertas. Están a la espera de que otra empresa inicie funciones en los próximos meses, posiblemente en la ciudad de Puebla.
“Hemos tratado de gestionar un nuevo sistema de reciclaje de colillas. Estamos en proceso de espera, pero se sabe que ya se está gestionando para tener una planta de reciclaje de colillas de cigarro en la ciudad de Puebla”, mencionó la líder del proyecto, quien agregó que ya cuentan con una cantidad considerable de colillas para ser entregadas.
Al ser cuestionada sobre el siguiente paso una vez entregado este desecho, explicó que este material se les devuelve en una forma manipulable tipo papel, que ellos han logrado convertir en pastas de libretas. Ayudados de hojas recicladas de libretas viejas, de manera artesanal las convierten en una libreta que luego ponen a la venta.
Cumpliendo el principio de sostenibilidad, que engloba los sectores ambiental, social y económico, se logra obtener un producto final único. Apoyados por la artista plástica Adriana Huerta, quien plasma su creatividad en las portadas de las libretas, logran crear un producto reciclado y de reuso que contribuye a la economía circular, pues su vida útil nunca termina.
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Zaira Hernández explicó que este modelo va más allá del reciclaje y busca ir a la raíz del problema para ofrecer soluciones viables. La contaminación en los lugares frecuentados por fumadores incrementa el número de colillas recolectadas, siendo este el único desecho que los ciudadanos consideran aceptable tirar en la vía pública.
