El colibrí juega un papel muy importante en la polinización, de ahí la preocupación de Ángel Díaz por preservar esta ave en los bosques de la comunidad de San Francisco La Unión del municipio de Santa Rita Tlahuapan. Sin embargo, las plagas y la sequía, además de los cazadores, tanto el hombre como la fauna, ponen en riesgo su existencia.
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El santuario del colibrí se encuentra en las faldas de la Sierra Nevada, a 2 mil 807 metros de altura. La comunidad de San Francisco La Unión está a 12.4 kilómetros, en dirección sur de la cabecera municipal, Santa Rita Tlahuapan.
En esta pequeña población hay apenas 322 habitantes, y, de acuerdo con las autoridades, alrededor del treinta por ciento de los parroquianos ha migrado en busca del sueño americano.
Ángel Díaz Alvarado, quien tras 19 años de estar trabajando en los Estados Unidos, regresó a su tierra natal, como él mismo señala, compró tierras para generar un atractivo turístico con las luciérnagas. Sin embargo, cuando estaba recorriendo su propiedad en compañía de sus cachorros, se dio cuenta de la belleza de los colibríes.
Las plagas, la sequía y los cazadores
A casi un año de cuidar a los colibríes, cuya virtud es la polinización, Ángel Díaz los presenta como un atractivo para aquellas personas que quieren convivir con estas aves, no obstante, reconoce que es difícil su cuidado.
Uno de los problemas a los que se enfrentó fue la plaga del gusano barrenador, que afectó los árboles del santuario, por lo que actualmente se ve una ladera solo de hierbas, ramos y troncos muertos.
Además, la sequía ha impedido el crecimiento de flores como el jarrito (Penstemon barbatus), la trompetilla (Bouvardia ternifolia) y el mirto (Myrtus), de la cual recibe su apodo el colibrí, "chupamirto", lo que afecta su alimentación.
El Cuidado del Colibrí
Por lo anterior, Ángel Díaz ha colocado 30 bebederos llenos de agua con azúcar, tanto en la mañana como en la tarde, con el objetivo de que sean una fuente de supervivencia para los colibríes.
Asimismo, el guardián de los colibríes destaca que es muy claro cuando le piden acceso a este santuario, ya que no quiere grupos grandes, pero sobre todo que no sean santeros o cazadores, ya que su objetivo es cuidar a esta especie y no aniquilarla.
Además, está pendiente de que no lleguen gatos domésticos, halcones o ardillas que cazan a los colibríes. Por ello, está en constante vigilancia de la zona donde habita esta especie.
“Hasta ahorita, en el tiempo que llevo en el lugar, no hemos visto ningún colibrí muerto. Todos están bien contentos, ya los vieron, los colibríes están saludables, su plumaje está brillante. Es una hermosura lo que yo estoy haciendo”, concluyó.
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