Por solitarias y escasa vigilancia de seguridad, al menos cuatro carreteras del sur del estado de Puebla son las más utilizadas por cárteles de la droga que operan en los estados de Morelos y Guerrero, en su búsqueda por llegar o huir hacia el sur o el centro del país, pero todas tiene como punto de partida el municipio de Izúcar de Matamoros.
Se trata de los tramos que van de Izúcar-Cuautla, Izúcar-Tulcingo de Valle, Izúcar-Jolalpan y la Izúcar-Chiautla de Tapia, mismas que representan rutas seguras para los grupos criminales que aprovechan los límites para entrar y salir de los tres estados o bien, acceder a las autopistas.
Con la presencia de estos grupos, la zona limítrofe se ha convertido en un triángulo marcado por el trasiego y comercialización de drogas, obligando a la creación de grupos de autodefensas bajo la figura de Fuerza Territorial Poblana.
La información de estos movimientos ilícitos trasciende después de ataques armados ocurridos en la zona sur del estado, como el registrado en febrero de 2019 entre el grupo de Los Rojos y la FTP, tal como ocurrió el pasado miércoles entre La Familia Michoacana y las autodefensas, cuando murió el líder de la policía comunitaria, Eloy Merino, su segundo al mando, un lugarteniente y un guardia civil.
De acuerdo con lo documentado, la vialidad más utilizada por el crimen organizado es la Izúcar-Cuautla, una ruta sólida y la más rápida para conectar con el estado vecino de Morelos.
A unos 30 kilómetros de la cabecera izucarense se encuentra el municipio de Tepexco, un lugar que llegó a convertirse en tiradero de cadáveres y que se ha visto afectado por la operación de Los Rojos y con ello, con la comercialización de la droga, armas de fuego y el registro de ataques directos y ejecuciones.
Hasta el momento no se han precisado los motivos de las balaceras ocurridas en esta zona del estado, sin embargo, los hombres caídos no han sido identificados como originarios de algún municipio cercano.
La Izúcar-Tulcingo de Valle, es la que conecta a Puebla con Tlapa de Confort y de ahí hacia la Montaña de Guerrero, donde desde la década de los 80 existe cultivo de marihuana y amapola.
Esta ruta es la que menos operativos tiene, por lo que en esta vialidad se unen el robo de mercancía y tráfico de droga, operada por los rojos y grupos afines.
Ambos grupos reconocen sus límites y sus zonas dominadas, de ahí que La Familia Michoacana, es la que opera en las carreteras alternas como Izúcar-Jolalpan y la Izúcar-Chiautla de Tapia, territorios ubicados en los límites con Guerrero, usadas como paso hacia municipios morelenses como Axochiapan y la autopista a Acapulco.
A decir de los pobladores de la región, estas últimas dos carreteras de Puebla, aunque son escabrosas, son más utilizadas por la falta de operativos, agregando que se ubican en la zona triestatal, donde muy pocas veces se ve la presencia de cuerpos policiales o federales, como el despliegue realizado el miércoles, a pesar de que se han registrado otros ataques y continuamente se escuchan descargas de armas de fuego.
