Tehuacán, Pue.- “Mis trabajos son valorados en otros países y aquí en mi tierra solo se encargaron de desecharlo”, expresó con tristeza y decepción Samuel García, el artista que realizó la escultura de un chivo de más de dos metros de altura, la cual tardó más de un mes en elaborarla para ser entregado en el 2018 a las autoridades municipales, y ahora le invade la nostalgia al saber que su obra está arrumbada.
Con una trayectoria de más de 10 años, Samuel García, un joven de 32 años de edad originario de Tehuacán, que cuenta con 29 exposiciones nacionales y cinco internacionales, ha plasmado su arte con el objetivo de transmitir sus raíces y poner en alto el nombre de esta ciudad, ya sea de manera individual o colectiva.
Señaló que, en el 2018, se le pidió realizar una obra que representara parte de las tradiciones de esta ciudad, en una de las fechas importantes como es el “mole de caderas”.
Dijo que trabajó durante un mes la escultura y el pintado de esta enorme replica de un chivo, la cual entregó un sábado 20 de octubre del 2018 y que se dio una explicación sobre el significado de la obra.
Siendo una persona con mucha actividad fuera de esta ciudad, dijo estar sorprendido sobre el abandono de su obra y lamentó que por creencias o una forma diferente de pensar, no se le dé el valor al arte y terminen desechándolo como basura, cuando fue pagada por la ciudadanía y se trataba de una pieza única representativa de esta ciudad.
Samuel García expresó que es ilógico como no lo aprecian en su ciudad mientras en otros países, donde ha tenido la oportunidad de participar con esculturas sí, como en Alemania o recientemente en la X Bienal de Arte Contemporáneo a Marco en Soncino, Italia, en donde realizó una escultura monumental en hierro, convirtiéndose en uno de los pocos artistas mexicanos con obra pública permanente en el continente europeo.
“Que pena que no se valore el arte... en Colombia me están invitando a realizar una escultura que quieren tener en un lugar público y aquí en mi ciudad, la desechan”, señaló este joven artista que recalca su tristeza al ver su escultura destrozada y abandonada en el parque El Riego, así como la de sus compañeros, que hicieron la cazuela con las cabezas de chivo.
Respecto a la relación de estas obras con supuestos actos de culto a Satanás, refirió que existen muchas formas de poder expresar algún tipo de mensaje, pero en este caso, tanto su obra como la de sus compañeros, no tiene nada que ver con esto, aunque las interpretaciones pueden ser distintas, ellos solo plasman su creatividad y su intención siempre ha sido darles importancia a sus orígenes.
Por último, detalló que se trató de una estructura de metal que fue forrada con fibra de vidrio y que tras un tratamiento comenzó a pintas sobre unos relieves que fueron hechos en el cuerpo de este animal, en el que se representó el sol, el agua, las cetáceas, el tejido de palma, la sal en grano, la cruz, las montañas que rodean el valle de Tehuacán, el maíz, las guías que brotan de las patas y es el ejote que se usa en la preparación.