Hace un año las imágenes, en fotografía y video, imperaban en este municipio para intentar explicar la dimensión de la tragedia más profunda e implacable de los últimos tiempos en este lugar.
365 días después son las frases y los números los responsables de intentar poner en su justa dimensión en dónde están paradas las familias y las autoridades de este municipio tras el movimiento telúrico de 7.1 grados.
“Atlixco está de pie un año después”, corearon con los puños en alto integrantes de los cuerpos de seguridad minutos después del primero de dos simulacros.
ESTADÍSTICAS
De acuerdo con las autoridades locales, Atlixco recibió en un centro de acopio 36 toneladas de víveres para elaborar 2 mil 965 despensas.
El sismo dañó 28 iglesias, capillas y ex conventos, 15 de ellas presentan daño estructural severo. En proceso de rehabilitación de fachadas e interiores: la Parroquia de la Natividad, San Agustín, la Ermita de San Miguel, la iglesia de Santa Clara y el ex convento del Carmen. Un 20 por ciento de avance de todo el daño.
Viviendas: dañadas mil 494 casas: mil 278 con daño parcial y 226 con daño total. 45 recibieron material de SEDATU y 424 están en proceso de tenerlo.
En Infonavit: castigados estructuralmente 82 edificios.
Avance del 70 por ciento equivalente a 456 departamentos intervenidos de 57 edificios. Por rehabilitar 25.
Metepec: rotas en su construcción 360 casas. 55 demolidas. Levantadas 300, es decir, avance del 85 por ciento y 50 en proceso.
Liberación de riesgos de 22 edificios, 40 apuntalamientos, rescate de documentos de seis dependencias municipales y recolección de 8 mil 350 metros cúbicos de escombro.
Escuelas, según el reporte oficial, 82 dañadas y rehabilitando 56.
En el Centro Histórico rescate de palacio municipal.
LAS HISTORIAS
De las lágrimas por el recuerdo de las personas fallecidas al desaire en el macro simulacro de las 13 horas con 14 minutos. La anterior es la frase que resume el marco de actividades realizadas en este municipio a propósito del primero año del 19 de septiembre del 2017.
Por minutos en la parte de arriba del aún todavía en remodelación Palacio Municipal estuvo colgada una manta con un mensaje: “Atlixco está de pie”.
“Quizá sí en sus estructuras, calles y edificios... pero en la mente, en el miedo y la zozobra de un alto porcentaje de habitantes de este lugar, ampliamente devastado por ese fenómeno natural, aún está el olor a desastre”, resumió un sacerdote minutos antes de una celebración eucarística.
LA BANDERA Y LA OSTIA
“Dios sabe perdonar a los pueblos buenos y a las personas buenas. Dios sabe por qué destruye y cómo los ilumina para levantarse”, alcanzó a decir el sacerdote frente a decenas de empleados del Ayuntamiento de Atlixco durante la misa celebrada este miércoles en honor a las siete personas fallecidas aquel martes.
“Padre nuestro hágase su voluntad en la tierra como en el cielo”, apenas rezaron con los brazos abiertos Juventino y Esther, una pareja de funcionarios públicos quienes cerca de una banca ejemplificaron el sentir de los convocados: ojos vidriosos, semblante triste y cabeza abajo.
En la palabra del sacerdote y en la mente de sus ex compañeros Diana Canseco y Erika Caro, las dos mujeres fallecidas por las rocas y los muros del Convento El Carmen.
Tras la tribuna con Dios, la tribuna para los ensayos de autoprotección entre los mortales: un par de bomberos subió a la parte alta del palacio municipal y desde ahí dejó caer una manta: “Atlixco está de pie”.
El mensaje buscó retumbar entre los atlixquenses. Pero eran pocos los curiosos y los invitados, a pesar de los llamados públicos.
El edil José Luis Galeazzi narró cómo veía hace 12 meses el entorno de Atlixco tras el sismo: “el Apocalipsis”. En 1999, en su primera experiencia como edil, tembló en junio. Hace un año revivió la misma historia.
PASÓ DE LARGO, A PESAR DEL SUEÑO
“¿Estoy soñando, verdad?, comentó en tono de incredulidad aquella niña rescatada de los escombros de los edificios aledaños a su primaria Centro Obrero, hoy abandonada.
“¿Estoy soñando, verdad?”, insistía camino a la Cruz Roja en manos de su salvador. Un moreno y poco expresivo burócrata de un departamento del gobierno local.
Jesús Martínez tiene camisa azul y está perdido entre las decenas de sillas del renovado salón de Cabildos del Palacio de Atlixco. “Está en mis sueños de manera recurrente ese momento”, dijo sin pretender ser héroe quien recibió un reconocimiento por su solidaridad.
Tal y como ocurrió con empleados del panteón, bomberos, albañiles y algunos representantes de la sociedad civil.
A las 13 horas con 16 minutos, la hora exacta del sismo en el 2017, de ayer no hubo el efecto deseado en el segundo simulacro en pleno centro de la ciudad. Pasó de largo, a pesar del esfuerzo de los cuerpos de seguridad.
Sonó la alerta sísmica y pocos entendieron o sabían del mensaje. Y varios grupos pequeños de trabajadores del área quedaron espantados en lugar de participar.
Quienes sí participaron fueron un par de mujeres quienes esperaron pacientemente el final de ese simulacro para ir a la calle 3 Norte, el área de mayor destrucción, y abrazarse en memoria de Carolina Ladrón de Guevara, de 60 años de edad, quien ya no pudo salir de un minisupermercado colapsado sin remedio aquel día.
Rezaron, lloraron y dejaron un pequeño ramo de flores. Dos rojas y dos amarillas en la entrada de un negocio cerrado... derrumbado.