Un barrio de Tepehuas en la Junta Auxiliar de Mecapalapa, municipio de Pantepec, aspira a ser reconocido en el catálogo de Pueblos Indígenas que administra el Instituto Poblano de Pueblos Indígenas (IPPI). Esto se debe a que su población ha disminuido, y buscan ser sujetos de políticas públicas gubernamentales para la revitalización de su lengua materna y el desarrollo comunitario, ya que actualmente sólo unos 120 habitantes hablan su lengua originaria.
A través de una solicitud al IPPI, buscan ser reconocidos y obtener un documento que los acredite. "Aunque existimos y somos, en lo administrativo, ayuda mucho para los apoyos que aspiramos", mencionaron algunos integrantes de la comunidad.
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El profesor y activista Arturo Allende Téllez, hablante de la lengua Tepehua, compartió que se espera que el trámite sea rápido y que con éste lleguen programas de revitalización de la lengua para los habitantes de Terreros, como se llama el barrio en cuestión. Señaló que el titular del IPPI, Rafael Bringas Marrero, ha dado a conocer programas como “Nido de Lenguas”, con el que se busca revitalizar las lenguas originarias en las comunidades. En este programa, un promotor y un sabio deciden qué se enseñará, desde un niño que apenas empieza a hablar hasta un infante de siete años.
Lamentó que en la actualidad sólo haya unos 120 hablantes de la lengua originaria, lo cual se debe a la discriminación, por la que los padres deciden ya no enseñarla a sus hijos, o los jóvenes optan por no hablarla debido a la marginación en las instituciones y en la sociedad en general.
Citó que en la Dirección de Educación Indígena se ha permitido que, por ejemplo, “en la escuela primaria de educación bilingüe estén profesores de habla totonaca, cuando deberían ser tepehuas; que en la secundaria y el bachillerato ya no se promueva la lengua originaria y que sea hasta la educación superior cuando se trate de inculcar nuevamente su lengua madre”.
El grupo indígena Tepehua llegó al territorio de Pantepec, Puebla, según algunos datos, a finales del siglo XIX, aunque otros apuntan que fue durante el inicio de los movimientos de la Revolución Mexicana en 1910. Los integrantes del grupo étnico llegaron del estado de Hidalgo para asentarse y fundar el barrio de Terrero. El historiador Guillermo Garrido aseguró que fueron "desplazados por el apropiamiento de sus tierras por parte de un movimiento caciquil del estado vecino".
Lo que es un hecho es que, año tras año, disminuyen como hablantes de su lengua y de sus prácticas culturales, influenciados por las nuevas ideas de los lugares donde trabajan como migrantes.
De acuerdo con un trabajo antropológico realizado por Allende Téllez, ya no son practicantes de sus danzas ancestrales, debido a que los músicos tradicionales que tocaban sus sones de costumbre han fallecido, y las nuevas generaciones ya no aprendieron la música, al igual que el capitán de las danzas.
Sus danzas están dirigidas al bienestar; por ejemplo, en mayo se practica una danza para pedir una buena cosecha al momento de sembrar, y en septiembre se agradece a la tierra por lo que se ha dado. Asimismo, hay otro ritual para pedir lluvia “cuando la sequía se prolonga”.
Con el fin de revitalizar sus danzas tradicionales, ligadas a los rituales y tomando en cuenta que tienen sus raíces en Huehuetla, Hidalgo, tienen el proyecto de atraer a músicos y danzantes de ese lugar para recuperar sus prácticas ancestrales.
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Aunque Terrero es un barrio que se rige por la autoridad auxiliar de Mecapalapa, cuentan con un comité interno para su desarrollo, según compartió Arturo Allende, quien además es integrante del Consejo Estatal de Pueblos Indígenas del IPPI.
