En un 40 % ha disminuido la producción de garambullo, pitahaya, jiotilla y xoconostle durante este año, debido a las condiciones climáticas, tan es así que algunos cactus que tardaron varios años en crecer, se han secado.
Al respecto, Antonio Díaz, restaurantero de Zapotitlán Salinas, señaló que los meses donde normalmente los recolectores venden estas plantas ha resultado una merma que no es posible calcular a pesar de que la lluvia benefició en su desarrollo.
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Enfatizó que la sequía había avanzado bastante durante este año y aunque para recolectar esas plantas no se ocupa mucha agua, la sequía había comenzado a generar que los insectos como el escarabajo se comenzaran a alimentar de ellas al no haber otra fuente.
Y es que para la preparación de los diferentes platillos con estas plantas en dos meses los dueños de los restaurantes deciden comprar hasta una tonelada y el litro por ejemplo de garambullo llega a costar 150 pesos, pero cuando está madura la llegan a encontrar en 70 pesos.
El comerciante indicó que algunos cactus que les había tomado varios años crecer han comenzado a secarse, aunque no son muchos y su estilo de vida no requiere tanta humedad para que crezca la planta, la muerte de estos comienza a preocupar a los habitantes de la zona.
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Ya que lo ideal es que el humano hiciera una veda de recolección para permitir que estas plantas crezcan y se reproduzcan para que en el futuro no existan problemas para el abastecimiento en restaurantes y en la naturaleza.
Por lo que esperan que las condiciones climatológicas pudieran mejorar en los meses siguientes para que la producción de frutas pueda ser rentable y sobre todo se logre comercializar en los diferentes restaurantes de la región.