Por segundo año consecutivo, el Covid-19 derribó una de las tradiciones más antiguas y de unidad social que se realizaba cada Semana Santa en la Junta Auxiliar de Metepec, la más grande de Atlixco: la obra de teatro El Mártir del Gólgota, con duración de tres días, ensayos de meses e involucramiento de miles de personas de este lugar ubicado a 10 minutos de la cabecera.
El anuncio de la cancelación en el 2020 parece ser la misma, ahora publicada en 2021, en el sitio oficial de las redes sociales del grupo Lissis, encargado de la logística y preparación desde hace más de medio siglo de ese evento, ya considerado como parte de la identidad del ex pueblo textil.
“Responsabilidad y prevención... fueron los obstáculos que este año no lograron vencerse. Pero estoy seguro en el 2021 volveremos con ánimo renovados¡¡”, escribió hace casi un año Yalith Osorio, uno de los voceros. Y este miércoles la historia quedó repetida: “Debemos mantener la guardia y cuidar de la salud de nuestros habitantes. Nos entristece no poder llevar a cabo nuestra obra. Pero estamos seguros vendrán tiempos mejores”. Osorio, a diferencia del año pasado, no pronóstico volver en el 2022.
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Durante una entrevista con este diario, el también activista de Metepec añadió: “Desafortunadamente, por el Covid no logramos ensayar. El riesgo de contagio entre los actores de todas las edades es alto. Creemos es mejor por el momento dejar así las cosas. Es innecesario exponer a la gente. Siempre actuamos con responsabilidad”.
Cuestionado sobre si tenían fe de celebrar El Mártir del Gólgota, asumió: “Cancelarla representó una decisión muy difícil. Teníamos la esperanza de estar en las calles del Jueves Santo al Sábado de Gloria tal y como ocurría desde hace más de medio siglo y antes de la pandemia. Así como están las cosas es prácticamente imposible”.
La gente del grupo Lisiss, subrayó el vecino de Meteepc, siempre estuvo atenta a cualquier llamado en los meses recientes. “Pero desafortunadamente muchos de ellos padecieron en carne propia no sólo la enfermedad del Covid, también la muerte. Y hoy por eso entienden bastante bien la magnitud del peligro de la pandemia”, detalló.
En cuanto a las ganas de hacer de manera virtual la famosa obra de Semana Santa en esa comunidad, Osorio desechó cualquier intento: “En cierto momento propusimos esa posibilidad, pero también implica movilizar actores. Insisto: las personas valoran mucho más el cuidado de sus familiares. Es muy entendible”, lamentó.
UNIDAD
Tras el cierre de la fábrica textil de Metepec a mediados de la década de los sesentas, la segunda más grande del país a principio del siglo XIX, esa comunidad obrera pareció entrar en un abismo laboral, económico y familiar. “No había trabajo, dinero y futuro. Llegó la migración y el pueblo comenzó a ser un fantasma con calles sin esperanza”, reconoció un viejo habitante.
Sin embargo, tres años después de aquel panorama, un grupo de metepequences tomaron a la Semana Santa como un pretexto válido para generar unidad en el pueblo y comenzaron a realizar la obra de teatro en honor a Jesús con el propósito de involucrar a prácticamente todos los lugareños. Y hasta la fecha, mantienen la misma dinámica social, sólo cambiaron las generaciones.