El carnaval de Huejotzingo es la máxima fiesta anual para sus habitantes, por este motivo, la preparación de sus trajes, mosquetes, zapatos, máscaras y por supuesto, la pólvora, son un requisito indispensable durante esta temporada.
Por la magnitud de evento puede ser considerado, de forma errónea, como un acto de libertinaje. Sin embargo, esta tradición tiene un significado histórico, pues los danzantes de este carnaval representan a los soldados que participaron durante la batalla del 5 de mayo de 1862, una de los enfrentamientos más importantes de la historia de Puebla, compartió Salvador Alonso Méndez, cronista de Huejotzingo.
“Es una relación entre lo prehispánico y lo colonial, y también de lo religioso, pues es bien sabido que el carnaval se hace antes del miércoles de ceniza, es por eso uno de los más importantes del mundo, precisamente porque cumple con el periodo católico”, dijo.
Durante este 2023 el festival de Huejotzingo se celebrará por cuatro días, del 18 al 21 de febrero, justo un día antes del miércoles de ceniza, es decir, del 22 de febrero. Pero no solo la religión influye en este evento, también otros aspectos.
En esta celebración participan cinco batallones, los zapadores, los Zacapoaxtla, los turcos, los franceses y los indios. Cada uno porta trajes con miles de piedras brillantes y bordados de distintos colores, pero no todos son iguales.
Según explicó Alonso Méndez, los zapadores representan a los guardias de Inglaterra que escoltaron a Maximiliano de Habsburgo, quien fue emperador de México en aquel entonces.
Los franceses y los turcos representan a los invasores y quienes perdieron el enfrentamiento en contra de la monarquía que lideraba Maximiliano, en tanto, el batallón de los Zacapoaxtla y los indios fueron los que defendieron el territorio poblano.
La representación de esta historia en el municipio va acompañada de una sede muy importante en Huejotzingo: la iglesia de la Virgen de Guadalupe, también conocida como La Villita, la cual está situada en el tercer barrio de este municipio.
“La Villita es el punto de reunión para el inicio del carnaval, porque era el lugar porque era un referente para viajar de Veracruz a México y evidentemente antes de llegar a México tenían que pasar a Huejotzingo, mucho antes de que se fundara la capital de Puebla, todos los personajes de la historia pasaron por aquí para poder llegar a lo que ahora se conoce como la ciudad de México”, explicó el cronista.
Robo de la hija del corregidor
En esta historia entra otro de los acontecimientos más importantes del lugar y con el que inicia este gran evento en el municipio. Se trata del robo de la hija del corregidor de aquel entonces, realizada por un bandido que se llamaba Agustín Lorenzo.
Cada año se realiza la puesta en escena de este momento en la capital de esta demarcación, acto que da inicio al desfile de los miles de danzantes que recorren las calles con sus mosquetes (rifles de madera con los que lanzan pólvora).
“Un acontecimiento muy importante es el robo de la dama. Agustín, quien robó a la hija del corregidor entró por la Villita para llegar al palacio donde cometió el atraco, por eso desde ahí inicia también el desfile del carnaval”, compartió Alonso Méndez.
Según describió, Agustín era un ladrón muy conocido por los habitantes del municipio en ese entonces, pues este personaje se dedicaba a robarle sus riquezas a los más poderosos para dárselo a los pobres.
“A los huejotzingas (forma en que se conocen a los habitantes de esta región) nunca nos afectó ni nos ofendió, era considerado como un guerrero por robar a los ricos y hacendados, pero a la gente normal nunca le hizo nada”, dijo.
Fue así, cuando Agustín cometió el acto y se la llevó a un cerro cerca de ahí llamado El Zopilote, donde más tarde fue alcanzado por los hombres del corregidor. No obstante, los intentos fueron en vano, pues el ladrón logró fugarse con la dama, con quien vivió feliz por muchos años.
El carnaval, la fiesta más esperada este 2023
“Para nosotros el carnaval es un orgullo, es una de nuestras mayores satisfacciones”, expresó Felipe Morales, habitante de Huejotzingo, quien además se dedica desde 40 años a la elaboración de trajes para este evento.
Este año participarán 19 batallones, cada uno conformado por 700 y hasta dos mil personas, los cuales se dividirán entre los cinco grupos de personajes principales, quienes durante el recorrido portan sus mosquetes cargados de pólvora y la hacen estallar durante su paso en las calles de este lugar.
Además, participarán tres comparsas, las cuales están conformadas por danzantes al igual que los batallones, la diferencia es que estos grupos no portarán mosquetes, es decir, no disparan durante su recorrido.
A decir de Felipe Morales, aunque todos los trajes del carnaval tienen un sinfín de bordados y detalles con chaquira y piedras brillantes, el de cada batallón es distinto. Por ejemplo, el del zapador lleva un gazné al frente con elementos prehispánicos y lleva en la cabeza un penacho adornado con cientos de piedras.
Traje indio lleva a la Virgen María
Por su parte, el traje del indio lleva una imagen de la virgen de Guadalupe al centro y porta un sombrero de palma, el del Zacapoaxtla lleva dos dibujos en su traje y se distingue por llevar un sombrero con adornos de papel con los colores de la bandera de México.
El francés lleva un traje alusivo al uniforme que portaban durante la batalla y porta una corona con su escudo y el turco, quien usa un pantalón tableado, lleva una caja de madera en la espalda con pólvora, la cual sirve de suministro para los danzantes durante el carnaval.
“Cada año va cambiando la calidad de la tela y los bordados, pues la gente busca reinventarse cada año, la juventud está elevando mucho el carnaval, pues ya no solo participan personas adultas, sino jóvenes e incluso niños”, presumió.
El costo de los trajes oscila entre los 25 y 60 mil pesos, de acuerdo con los detalles que el cliente solicite y, por ende, el tiempo de elaboración también varía, el promedio es de 15 a 20 días, afirmó Felipe Morales.
“El precio es elevado, pero para los danzantes no es un problema, para ellos es un honor estrenar traje, sobre todo porque algunos se dañan por la cantidad de pólvora que disparan, es una tradición que disfrutamos mucho, que hasta quisiéramos que hubiera carnaval todo un año”, expresó.
Finalmente, los entrevistados hicieron un llamado para que más gente visite este municipio durante esta celebración, pues es evento que disfrutan no solo por su propia participación, sino también por compartir el amor que sienten por él.