En 1952, San Pedro Cholula se convirtió en un municipio sede en materia educativa, al albergar el Centro Escolar Licenciado Miguel Alemán (CELMA), que fue el primer plantel público en Puebla en ofrecer preescolar, primaria, secundaria y preparatoria en las mismas instalaciones.
De ese año a la fecha, esta escuela ha dado enseñanza académica a más de 200 mil alumnos de esta jurisdicción y sus alrededores, porque antes del siglo pasado era la primera opción gratuita de las familias.
Al transitar por los pasillos de la institución o platicar con exalumnos y exdocentes es fácil conocer parte de las historias que ocurrieron en sus aulas.
Una de ellas es la contada por el integrante del Consejo de la Crónica de este municipio y ex egresado, Víctor Manuel Romero Silva, quien cuenta que la inauguración de la institución fue un “error político”, porque no iba ser el primer centro escolar de Puebla, ya que ese mérito estaba previsto para el plantel de Teziutlán, municipio de donde era originario el gobernador de Puebla de ese entonces, Rafael Ávila Camacho, pero al no estar terminado y ante la cercana conclusión del sexenio del presidente de México, Miguel Alemán, se determinó abrir el de Cholula y nombrarlo como el Ejecutivo nacional, quien el día 15 de este mes, pero de 1952, formalizó tal acto.
Una segunda es que esta escuela, por una diferencia de cinco días, es incluso más longeva que Ciudad Universitaria de la capital del país, pues esta última fue abierta el 20 de noviembre de ese mismo año.
Otros comentarios aseguran que su arranque obligó el cierre temporal de la primaria Juan Crisóstomo Bonilla, por dos años, a fin de que sus alumnos asistieran al nuevo plantel. También directivos de ese entonces realizaron una campaña de puerta en puerta para invitar a las familias a que los niños ocuparan sus aulas.
La primera matrícula escolar oficial alcanzó los 500 alumnos, número que fue en ascenso con el paso de los años. Para la década de los 80 se elevó a un aproximado de 2 mil 400 y después del cambio de siglo creció a más de tres mil, que es el estándar actual.
Irónicamente este plantel educativo con 70 años de operación es el más pequeño en terreno en comparación con los 32 más que forman el Sistema de Centros Escolares del estado, implementado por el ex mandatario Rafael Ávila Camacho y respaldado por el gobierno federal.
El inmueble asentado en San Pedro Cholula fue la primera escuela pública en apoyar a los padres de familia con guardería, la cual operó 23 años, pero por un tema económico, los directivos decidieron cancelar la prestación.
De la misma forma, las primeras generaciones que cubrían todo el esquema educativo obtuvieron títulos técnicos en contaduría y cocina, que eran los talleres productivos obligados en el programa oficial.
De las aulas del CELMA han egresado alumnas y alumnos que han gobernado este municipio o puesto en alto su nombre en las disciplinas de la música y el deporte.
Algunos estudiantes han dirigido el plantel, mientras que la gran mayoría trasmite desde el seno de sus hogares o actividades productivas el arraigo que tiene el plantel en este municipio, que después de la década de los años 50 del siglo pasado se apuntaló como el centro educativo más demandado en la región de Cholula.
Además, tiene la declaratoria de albergue regional en caso de que el volcán Popocatépetl presente una contingencia eruptiva.
Sin embargo, así como hay recuerdos gratos, también hay episodios que manchan el historial de la institución.
Uno de ellos fue la “toma” del plantel, que tuvo lugar en la década de los 80, por conflictos sindicales, y que llevó a muchos alumnos a desertar para no perder el año escolar, luego de que algunos maestros suspendieran las clases por más de 60 días.
En octubre de 2014, el nombre de la institución acaparó los titulares de los medios de comunicación luego de que una maestra y un conserje fueran acusados por un padre de familia de lastimar a su hijo, quien cursaba el nivel preescolar. Ambos empleados fueron dados de baja.
En este 2022 ocurrieron dos hechos. El primero, sucedido en julio, fue la filtración de un video que muestra un aparente caso de bullying que hacen varios alumnos a otro, y el segundo, en septiembre, exhibió a maestros aparentemente alcoholizados en un viaje escolar, también a través de un video difundido en redes sociales.
Marcó evolución en San Pedro Cholula
Desde la explanada central del plantel, el profesor Filomeno Soto Valera platica detalles que vivió en los 30 años que formó académicamente alumnas y alumnos. A sus 89 años, dice que cuando llegó tenía 24 y era el año de 1957, y desde ese momento, junto con otros colegas, enseñó a los jóvenes, quienes luego se convirtieron en maestros, médicos, jefes de familia, presidentes municipales y hasta uno trabajó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“El CELMA es una historia larga y de transformación en San Pedro, toda una evolución que dio desarrollo y que llegó a ser la escuela más importante de la región de Cholula, donde los padres hacían filas para inscribir a sus hijos”, afirma.
Señala que actualmente hay cambios que son palpables. Tiene más alumnos y por ende la demanda es mayor y la mayoría de los profesores son jóvenes, incluso algunos fueron alumnos.
Entre sus aportaciones enlista que cuando llegó a ser director general en la década de los 80 del siglo pasado promovió la construcción del auditorio en apoyo al deporte, espacio que ahora es ocupado como albergue cuando hay contingencias, principalmente relacionadas con el Popocatépetl.
También comparte que en el CELMA conoció el amor y formalizó su matrimonio, así como adoptó a Cholula como su hogar permanente.
Alumnos desertaban para trabajar
María Guadalupe Sánchez Carrillo fue maestra de preescolar en el CELMA por 15 años y visitar el plantel le produce emociones y sentimientos derivados de las experiencias que vivió de 1974 a 1990 en esta institución.
“Yo enseñaba en el preescolar y así como existieron alumnos que en el futuro fueron profesionistas, recuerdo que también existieron aquellos que por trabajo o por ayudar a sus padres dejaron las aulas por necesidad”, expone.
Sostiene que la deserción escolar es un problema añejo y que ninguna escuela ha podido abatirla.
“Esta institución detonó muy fuerte en esta comunidad, todo mundo quería estar aquí, movió mucho a Cholula y desde que entré recuerdo que ya se tenía que rechazar a varios niños por la gran demanda que había”, reitera.
Finaliza su comentario al señalar que siempre estará orgullosa de haber formado parte de la plantilla de docentes de este centro escolar, que desde su arranque destacó en los concursos académicos, deportivos y culturales.
Primero la obligación y luego la diversión
Desde su despacho, Angélica Carranco Tejeda admite que haber estudiado en el CELMA, desde su educación inicial hasta secundaria, le dio cimientos para graduarse como abogada y posteriormente convertirse en la primera en constituir una asociación civil en la materia en este municipio.
De 46 años de edad, la entrevistada puntualiza que esta escuela inculca valores cívicos y disciplina. Recuerda que había maestros estrictos, pero que eran buenos en la enseñanza, porque el lema que tenían era “primero la obligación y luego la diversión”.
“Me dio confianza (institución) y me marcó mi vida, fueron épocas bonitas y por años participé en concursos de oratoria y poesía, también representé a la patria en eventos cívicos”, añade.
Su paso fue de 1979 a 1990 e indica que, al realizar un recuento de sus compañeras y compañeros de generación, ve que la mayoría ha hecho aportaciones positivas al municipio.
Incursión en la música
Desde su hogar, Mónica Covarrubias Ferrer, de 35 años de edad, manifiesta que en el CELMA, donde estudió de tercero de primaria a tercero de secundaria, conoció su gusto por la música y el canto.
Mientras cursaba la educación básica sus padres la inscribieron en el Conservatorio de Puebla y eso la ayudó a determinar que en su vida profesional estudiaría canto y flauta traversa.
“Le pedí al maestro Pascual que me permitiera estar en la banda de música, le dije que tenía una flauta traversa y me dio la oportunidad (…) la verdad creo que nunca me oí, pero yo era feliz en la banda, ahí tuve mi acercamiento con este instrumento que domino”, cuenta.
Sobre su trayectoria, la soprano resalta que ha tenido participaciones con la Orquesta Sinfónica de Puebla y presentaciones en la Ciudad de México y también en el Festival del Fuego, que se celebra en Cuba.
Refiere que la cultura y el deporte son dos ramas que si te acercas a ellas te alejan de los vicios, por eso invita a los jóvenes a defender sus sueños si quieren dedicarse a estas disciplinas, porque pueden hacer grandes cosas.
Primera presidenta
María Dolores Tlacuilo Roldán no terminó la preparatoria en el CELMA porque tuvo que desertar para laborar en el gobierno del estado, sin embargo, a sus 26 años se convirtió en la primera presidenta municipal de San Pedro Cholula, cargo público donde trató de ampliar las instalaciones de esta escuela, pero no logró el objetivo por circunstancias aunadas al crecimiento urbano.
“Fue mi escuela, estaba a la vuelta de mi casa y le trajo muchos beneficios a Cholula, porque antes de que se abriera había pocos planteles, pero cuando llegó fue un lugar innovador, moderno y cómodo, ya que tenía sanitarios para niñas y niños”, detalla.
Los maestros eran muy disciplinados y los alumnos que terminaban la preparatoria también salían como auxiliares de contador y eso fue lo que me ayudó a convertirse en la primera cajera en el Departamento de Recaudación de Rentas en Puebla.
“Tengo 74 años, pero cuando fui presidenta municipal tenía 26 años y en mi periodo (1975-1978) se construyó la Plaza de la Concordia, se pavimentó el eje colindante al zócalo, se introdujo el alumbrado público en el primer cuadro y se pavimentaron las calles que rodean el centro escolar”, precisa.
En entrevista, subraya que el CELMA contribuyó a la formación de muchos profesionistas y en su caso, uno de sus compañeros actualmente apoya a personas con discapacidad visual, al tener ceguera a causa de un accidente, otro fue director de un hospital del IMSS en Puebla y otro más fue general en el Ejército Mexicano, mientras que uno ocupó un cargo muy alto en Petróleos Mexicanos.
La ex alcaldesa ventila que en la década de los 70 del siglo pasado, los regidores eran honoríficos y el salario que ganaba era de 3 mil 500 pesos. La Comuna tenía 125 trabajadores y la cárcel municipal estaba en el Portal Guerrero, pero a su salida fue reubicada a la sede actual, que antes era un hospital.
Primer cholulteca en Los Poblanos de la UDLAP
Jugar en los espacios deportivos del CELMA y que sus maestros lo motivaran a practicar una disciplina hizo que José Armando Rojas Vázquez, alumno egresado y actualmente con 71 años de edad, fuera el primer cholulteca en formar parte del equipo de básquetbol Los Poblanos de la UDLAP, donde tuvo compañeros estadounidenses.
“Siempre será mi escuela y cuando regresé me fui a la universidad a estudiar Química, pero luego la UDLAP me convocó y becó para formar parte del equipo de básquetbol, porque el entrenador de ese entonces, Morris Moe Williams, me vio jugar en las canchas del CELMA que visitaba para practicar y eso sucedió en 1971, tenía 20 años y estuve hasta el 76 y en ese tiempo fue campeón nacional estudiantil, porque ganamos ese torneo”, expone.
Admite que parte de su trayectoria deportiva, donde también tiene preseas por jugar tenis, fútbol y voleibol, así como en natación, se debió a la motivación que tuvo de sus profesores de este plantel, porque me enseñaron que todo se puede.
“Todo lo que he querido hacer lo hago y lo hago bien”, remata, al concluir, orgulloso, su anécdota con esta institución.