Decenas de teléfonos celulares, equipos de sonido y video, cargadores, vestimentas e incluso enervantes y bebidas alcohólicas, se rentaban y vendían al interior del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Huejotzingo, uno de los peores evaluados en infraestructura por la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del estado de Puebla.
Tras la implementación de un operativo de búsqueda y verificación, gendarmes de la Policía Estatal Custodio, corporación a cargo de la seguridad y protección en los centros penitenciarios de jurisdicción estatal, descubrieron que, a costa de su vigilancia, algunas personas privadas de su libertad eran beneficiadas con la comercialización de artículos prohibidos.
Mediante una ficha informativa, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) informó este día que el monto del cateo fue de 197 artículos, entre los que destacaron varios teléfonos celulares inteligentes, bocinas con conectividad bluetooth, ropa, reproductores DVD y hasta un envase de agua purificada que era utilizado, supuestamente, para almacenar hasta cuatro litros de alcohol.
Por si esto fuera poco, la autoridad descubrió que, pese a los mecanismos de vigilancia implementados por la dependencia de forma permanente, fueron ingresados al Cereso de Huejotzingo varios envoltorios de hierba seca con tonalidad verdosa, cuyo peso fue de 35 gramos. Esto sin mencionar que fueron descubiertos diversos artefactos empleados para el consumo de sustancias ilícitas.
Apenas el pasado 17 de enero, en otro Cereso estatal, el de Chalchicomula de Sesma, un binomio canino de la Policía Estatal Custodio detuvo a Héctor Daniel N, por pretender ingresar al recinto un envoltorio de la droga conocida como cristal.
Del mismo modo, el pasado 15 de enero, en el Cereso de Zacatlán, una mujer de nombre María Flor N. fue aprehendida por intentar entrar al reclusorio con 26 gramos de la misma sustancia que el caso anterior, además de siete gramos de hierba verde y dos sobres con supuesta cocaína.
Finalmente, cabe recordar que, de acuerdo con el Diagnóstico Estatal de Supervisión Penitenciaria 2022, elaborado por la CDH, el penal de Huejotzingo tuvo una calificación de 5.8, donde 10 fue la puntuación más alta. Las mayores deficiencias de este lugar fueron en materia de infraestructura. Por su parte, el Cereso de Zacatlán obtuvo un puntaje de 4, principalmente por sus problemas de higiene y escasa atención médica, entre otros aspectos de salubridad.